El Rey Felipe VI ha recalcado este jueves que para el «cabal funcionamiento» del Estado de Derecho «resulta indispensable un sistema judicial independiente fruto de la separación de poderes», poderes que «conviven y actúan sin interferencias, respetando la órbita de los demás».
Así, ha destacado como la garantía jurisdiccional por los jueces y tribunales de los derechos de cada uno y del cumplimiento de sus deberes «viene a ser la coronación del Estado de Derecho, que alcanza su más alta expresión institucional en el Tribunal Constitucional y en el Tribunal Supremo».
El jefe del Estado se ha expresado así en la entrega del Premio Pelayo a juristas de reconocido prestigio a Tomás de la Quadra-Salcedo, catedrático de Derecho administrativo, exministro de Administraciones Territoriales y de Justicia y expresidente del Consejo de Estado.
Al acto han asistido los presidentes del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo; la presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, anfitrión del acto.
En su opinión, destacar la labor de los grandes juristas tiene un profundo significado precisamente «porque España es un Estado de Derecho pleno y moderno», en el que «el respeto efectivo al Derecho» debe ser un distintivo de la democracia y un elemento «esencial» de la «convivencia como pueblo» de los españoles. De hecho, ha dedicado también unas palabras de recuerdo al fallecido Landelino Lavilla.
Además, ha señalado que un Estado de Derecho supone «elevadas exigencias», de las cuales la más importante es «la plena protección de los derechos fundamentales de la persona», tanto en el orden político, «la libertad de pensamiento y creencias, de expresión, de asociación, reunión y manifestación»; como en el orden social, económico y cultural.
También exige, ha recalcado, «un respeto efectivo al imperio de la ley, a la jerarquía de las normas y a la objetividad de la acción administrativa para la consecución de los intereses generales».
EL ESTADO DE DERECHO NO ES ALGO MECÁNICO
Además, ha incidido en que el Estado de Derecho no puede ser «algo rutinario, neutro y mecánico» ni «tampoco ajeno a los valores, ni insensible ante las necesidades sociales», sino que es «social y democrático, según la formulación constitucional» y por ello debe «alcanzar los altos ideales de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político inherentes a la dignidad de la persona».
Estado de Derecho, ha recordado Felipe VI, «significa también el sometimiento de los poderes públicos a la Ley, el rechazo de la arbitrariedad y de la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo o religión».
Asimismo, el Derecho debe «impregnar las relaciones entre las personas de cualquier condición, trabajadores o empresarios, pequeñas sociedades o grandes corporaciones, así como también entre los entes públicos, sean Administración General del Estado, Comunidades Autónomas o entidades locales».
LOS VALORES DEL DERECHO EN LA ENSEÑANZA
En esa línea, ha apostado por cultura en la sociedad «el sentido humano del Derecho, que tiene el alto fin de proteger a las personas para que jamás sean degradadas ni pierdan su dignidad» y por lo tanto «la necesidad de transmitir a todos los ciudadanos los valores de la justicia y el Derecho desde la enseñanza primaria hasta la Universidad.
Del premiado ha destacado su compromiso con el servicio público y «su vocación de servicio al Estado»; su compromiso social vinculado a la promoción de la libertad y de la igualdad y su compromiso con la Constitución, «cuyos trabajos de elaboración apoyó y de la que siempre ha resaltado su indudable significado político y dimensión histórica y su enorme trascendencia para la convivencia en la España de nuestros días».
El Rey ha finalizado animando a los presentes a continuar con la transmisión del Derecho a las generaciones más jóvenes, «desde el firme compromiso con el Estado social y democrático de Derecho que consagra la Constitución», unas palabras que han sido recibidas con un largo aplauso.