Pablo Iglesias se convirtió en 2014 en el mayor enemigo de la derecha mediática tras su éxito en las europeas. Pero en los últimos tiempos algunos de los líderes de opinión conservadores se han enamorado de sus méritos.
Luis María Anson no se cortó en ‘La Sexta Noche’: «Él es un profesor universitario que carga un equipaje cultural enorme, es un estupendo orador y Sánchez no lo quiere tener en el Consejo de Ministros porque teme que se lo coma con patatas a las finas hierbas».
«Objetivamente hay que reconocer que una persona que va a dar el 30% de los diputados que necesita para la investidura tiene derecho a una vicepresidenta del gobierno y cuatro o cinco ministerios», añadió.
Anson no tiene tan buena opinión sobre el líder del PSOE: «A mí me parece que Pedro Sánchez está actuando con mucho sentido común porque no sería para él nada cómodo tener a un hombre tan brillante y tan autentico en la izquierda como es Pablo Iglesias».
EL PAPEL A FAVOR DE IGLESIAS
Luis María Anson explicó en El Mundo que «Iglesias es un profesor universitario con un notable equipaje cultural. En varias cuestiones sustanciales, mis discrepancias con él son completas, pero sería absurdo negar que ha demostrado calidad de gran orador, especialmente dotado para la dialéctica parlamentaria».
Juan Pablo Colmenarejo en ABC señaló sobre la negociación entre PSOE y Podemos que «Sánchez empotró en un rincón a Iglesias a base de golpes bajos. El líder de Podemos se dejó empujar hasta el límite, simulando estar sonado, para responder a Sánchez con un guantazo de abajo arriba que devuelve el combate a la noche de las elecciones del 28-M».
Fernando Ónega en Onda Cero explicó que Sánchez tiene «el miedo a repetir aquí el efecto Salvini. Es decir, que un ministro tenga tal actividad propia e imponga tal sello personal a la política más sensible que llegue a anular al jefe del gobierno y parezca que es él quien ejerce la presidencia. Esos temores nunca se confiesan, pero son realmente los decisivos».
El colaborador de ‘Más de uno’ recordó que «las diferencias entre Sánchez e Iglesias están dominadas por la competencia entre sus partidos, que buscan el mismo electorado y eso podría ser inagotable fuente de conflictos si comparten gobierno. PSOE y Podemos, tan cordiales en las formas hasta ayer en que Sánchez habló de «mascarada», siempre han luchado por devorarse el uno al otro,aunque hayan prometido hacer milagros juntos».
HERRERA, TERTSCH Y DE PRADA A FAVOR DE IGLESIAS
Salvador Sostres entrevistó en ABC a Carlos Herrera y la estrella de COPE señaló que Iglesias se había anotado un tanto al renunciar a entrar en el Ejecutivo: «Sánchez confía excesivamente en la capacidad de sojuzgar a la gente de Podemos pero yo creo que Pablo le ha metido un gol por toda la escuadra. Hermann Tertsch, también entrevistado por Sostres, señaló que los dos líderes políticos «son dos gallos en un mismo proyecto. Desiguales, porque Iglesias es mucho más capaz».
Juan Manuel de Prada ha recalcado que «todas las razones que el doctor Sánchez esgrimió para justificar la exclusión de Pablo Iglesias son por completo chuscas e inconsistentes. Si Iglesias no está dispuesto a ‘defender la democracia española’, como afirmaba el doctor Sánchez, tampoco lo estarán sus peones, aleccionados por él».
El escritor afirma que «las ‘discrepancias’ que el doctor Sánchez pueda tener con Iglesias sobre ‘cuestiones esenciales de Estado’ (o sea, sobre el reparto del salchichón) son las mismas que tendrá con los peones de Iglesias, que repiten miméticamente sus juicios. Y, en fin, si lo que teme el doctor Sánchez es la ‘vigilancia’ de Iglesias sobre su gobierno, salta a la vista que podrá seguir ejerciéndola a través de sus peones».
De Prada dice que el líder del PSOE vetó a su homólogo de Podemos por «la envidia. El doctor Sánchez ha llegado mucho más lejos que Iglesias, ha conseguido reducir a Iglesias a un papel subalterno (y espera reducirlo todavía más), su inconsistencia y vacuidad gozan del aplauso de una época cretinizada… pero, ¡ay!, el doctor Sánchez sabe íntimamente que Iglesias es mucho más dotado que él, mucho más inteligente que él, mucho más divertido que él, mucho más apasionado que él, mucho más leído que él, mucho más doctor que él…».
«¡Mucho más persona, con todos sus defectos, que él, que sólo es un cascarón cosmético, una carcasa vacía! Y entonces el doctor Sánchez, reconcomido en su alma de resentido y mediocre por el más teológico de todos los pecados, que es la envidia de Caín, impone esa caprichosa condición y veta a Iglesias», añadió.