Este miércoles se ha conocido que la Fiscalía pide imputar al BBVA como persona jurídica en el caso Villarejo por los delitos de cohecho, revelación de secretos y corrupción entre particulares por los servicios prestados por el comisario de Policía jubilado don José Manuel Villarejo.
Producida, finalmente, la imputación del BBVA, ésta se suma a las de las personas físicas de la entidad que, actualmente, ya se encuentran en situación de investigadas: Ángel Cano, exconsejero delegado del banco; Julio Corrochano, exjefe de seguridad de la entidad; Rafael Redondo, abogado y socio de Villarejo; Ignacio Pérez Caballero, director de Red de Banca Comercial de BBVA; Javier Malagón Navas, ex director general de Finanzas; Antonio Béjar, ex responsable del área inmobiliaria; Ricardo Gómez Barredo, ex responsable de contabilidad y supervisión; Inés Díaz Ochagavía, exjefa de seguridad tras la marcha de Corrochano, y Nazario Campo Campuzano, jefe de equipo del banco.
En este sentido, desde el bufete que defiende a Luis Pineda Salido, presidente de AUSBANC, han aclarado que el 5 de julio de 2019 interpusieron la querella contra el BBVA y Francisco González, entre otros, precisamente por contar con indicios racionales de que la entidad financiera, a lo largo de todos estos años, ha pagado los sobornos al comisario jubilado y su entorno policial, de forma que éstos trabajaran para beneficio del banco y de sus directivos.
Los abogados de Pineda son plenamente conscientes de que la investigación en la pieza BBVA, que en si misma puede calificarse como una macrocausa, está actualmente bajo secreto de sumario, por lo que su conocimiento de los hechos investigados hasta ahora por la Policía Judicial son nulos; pero, sin embargo, con las fuentes de prueba de que disponen en este momento y en estricta aplicación del Código Penal, ampliarán la querella -o mejor dicho, propondrán orientar la investigación-, siguiendo el rastro del dinero que sirvió de instrumento corruptor.
La línea de investigación del bufete que defiende a Pineda se centrará en dos planos que consideramos esenciales:
Por un lado, lo que concierne al Departamento de Prevención de Blanqueo de Capitales del Banco, en la medida en que les parece una cuestión increíble y extraordinariamente grave el hecho de que una entidad bancaria como el BBVA (que debe estar altamente ocupada y preocupada con la represión y prevención del blanqueo de capitales, como lo prueban las duras cautelas con las que las entidades financieras tratan a sus clientes), sin embargo, en este caso, el órgano responsable del Banco no haya detectado -o sí, y en tal supuesto lo habría tolerado- el pago de importantes sumas de dinero a un comisario de Policía en activo por servicios prestados a la entidad, siendo que, además, el pago de esos servicios se camuflaba a través de facturas falsas necesariamente inauténticas en cuanto que los servicios realmente prestados por los funcionarios públicos de policía no podían documentarse.
Por el otro, e inmediatamente relacionado con lo anterior, resultará esencial, según señalan desde el bufete, traer al seno de este proceso al Departamento de Cumplimiento para que explique qué clase de supervisión existió -si es que existió- para que la corrupción sistémica de la entidad se prolongara durante más de una década sin que nadie denunciara estos graves hechos y que, desde el punto de vista del tan de moda Compliance, habrá que analizar si estábamos o no ante un cumplimiento cosmético o ante un órgano que miraba hacia otro lado cuando tenía que hacerlo. Esto no es algo trivial si reparamos en que el propio BBVA, a sus inversores, en la información del Gobierno corporativo les informa que: “El sistema de cumplimiento del Grupo constituye una de las bases en la que BBVA afianza el compromiso institucional de conducir todas sus actividades y negocios conforme a estrictos cánones de comportamiento ético”.
Por tanto, la tesis que propondrá el bufete al instructor será investigar la realidad de su sistema de cumplimiento y de cómo se explica o justifica que una entidad que destina enormes cantidades de dinero al sistema de cumplimiento, ha podido convivir todos estos años tolerando la corrupción generalizada de los altos cargos de la entidad -y lo que es aún más cínico- cómo es posible que el BBVA, durante todos estos años, pudiera estar recibiendo galardones por su excelente cumplimiento normativo cuando la corrupción estaba muy probablemente instalada en su organización.