Está demostrado científicamente que el sexo es bueno para la salud. Sin embargo, en ocasiones, no es oro todo lo que reluce y se puede volver en nuestra contra. Puede que haya sentido síntomas como sudores, hormigueos, picor o incluso calor. Estos pueden ser consecuencias de una de las cosas que menos nos gusta escuchar: tenemos alergia al sexo.
¿Es esto normal? Como respuesta natural al encuentro sexual, nuestro cuerpo puede actuar de esta forma. Cuando nos besamos, por ejemplo, aumenta la temperatura, así como el flujo sanguíneos. No obstante, si las consecuencias persisten, puede que hayamos desarrollado algún tipo de reacción alérgica a algunos fluidos relacionados con la sexualidad.
¿A qué sustancias podemos ser intolerantes? Descubre cómo lidiar con ese incómodo momento en el que te dicen que tienes alergia al sexo.
Los besos, elementos del sexo que pueden provocar alergias
Hay personas que deben acudir a consultas de dermatólogos porque sufren erupciones en algunas partes del cuerpo, como los labios, después de haber mantenido sexo. Esto, como decíamos, se puede deber a una respuesta natural, que desaparecerá con el paso del tiempo. Sin embargo, en ocasiones, pueden provocar una reacción alérgica que se prolongue. La mayoría no están provocadas por el contacto entre un cuerpo y en otro, sino por algunos componentes químicos que podemos encontrar en los besos.
No de los besos en concreto, sino de los productos que usamos en nuestros labios. Estos puede ser, por ejemplo, cosméticos, cremas, laca de uñas, desodorantes, etc. Todos ellos pueden provocar alergias en las personas ajenas a los mismos. Es decir, a la otra parte. Cuando los síntomas aparecen solo con los besos, puede también deberse a alguna intolerancia alimentaria, como la que se sufre a los frutos secos. Esto no es un problema grave y puede tener una solución clave.
Si hemos notado que nos ocurre esto después de una relación sexual o un beso, podemos pedirle a nuestra pareja ducharos juntos antes de empezar el encuentro. Otras soluciones pueden pasar porque se lave los dientes o identificar el producto para no volver a usarlo. Existen también otros síntomas, como hipersensibilidad, erupciones o inflamaciones en los pezones cuando son mordidos. Estos aparecen por pequeñas heridas infectadas que se producen en el momento de pasión.
Alergias al látex, importantes en el sexo
En los años 90, aumentó el uso del preservativo. Estos están realizados en látex y son unos de los mejores para prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, debido a este componente que aparece en su realización, se comenzaron a detectar determinados casos de alergias. Se descubrieron por el escozor y algunas erupciones en zonas como el pene, la vulva, la vagina o el ano.
Este tipo de alergias al látex pueden influir en el sexo, sin embargo, solo las sufren menos de un 1 por ciento de la población. Hablando de preservativos, hoy en día contamos con alternativas especiales realizadas con componentes como el poliuretano o las resinas. Las personas que tienen más riesgo de sufrirlas son aquellas que se han visto sometidas a intervenciones quirúrgicas, así como el personal sanitario o los trabajadores del caucho. La razón es que están expuestos a estos componentes en el día a día y cuentan con más sensibilización.
No solo encontramos látex en los preservativos, sino también en otros productos como el calzado, chupetes o globos infantiles. Además, debemos tener en cuenta que estas reacciones se suelen dar en mujeres, por lo que la recomendación es evitar el contacto con dichos materiales todo lo que nos sea posible.
El flujo vaginal y el semen, en el punto de mira de las alergias en el sexo
Los fluidos que más toman parte durante el sexo también se encuentran en el punto de mira por provocar alergias. Por ejemplo, el pH ácido del flujo vaginal puede provocar reacciones en algunos hombres. Estas se presentas en pequeñas quemaduras en el pene durante el coito. Otro problema es la hipersensibilidad al fluido vaginal o al pasma seminal. La reacción alérgica al fluido cervical es tan común como al semen, aunque aún existen pocos estudios sobre el tema.
Sobre la alergia al plasma seminal, debemos saber que, a pesar de lo que podamos pensar, no es demasiado frecuente. Sus síntomas más destacados son el picor o la quemazón, urticaria, edemas e incluso shock anafiláctico. Pocos son los casos que hay reportados, aunque se puede deber a una confusión en el diagnóstico.
Para lidiar con este tipo de alergias, se recomienda usar preservativo para no entrar en contacto directo con el semen. También se puede ayudar a la desensibilización a través de antihistamínicos o corticoides. La adrenalina también puede funcionar, en los casos más graves. La autoalergia al semen parece no estar demostrada. Sin embargo, en los casos que se asocian a la misma se ha dicho que puede aparecer porque el paciente presente cuadros de ansiedad o cualquier otro trastorno.
La menstruación también puede causar alergia
Una de las alergias relacionadas con el sexo que menos conocemos es la de la menstruación. Es conocida como dermatitis autoinmune menstrual o de progesterona. La razón es que también aparece en algunas mujeres embarazadas. Sin embargo, aunque se dé en ocasiones, lo cierto es que es un hecho minoritario. Si ya las alergias al flujo vaginal o al semen eran escasas, esta lo puede llegar a ser mucho más. Pero eso no quiere decir que sea menos importante.
La alergia en sí aparece cuando aumenta la hormona progesterona en el torrente sanguíneo. Al unirse esta a la testosterona, puede provocar una respuesta autoinmune. Debido a ello, nuestro sistema inmunitario lo puede confundir con un cuerpo extraño y externo al que debe atacar.
Este tipo de alergias al sexo son casos poco frecuentes. Sin embargo, en el momento en el que tengamos síntomas o evidencias de que podamos estar sufriendo alguna de ellas, lo más recomendable es acudir a nuestro médico o a un especialista para que se nos hagan las pruebas pertinentes. Y es que debemos estar sanos y completamente seguros para poder disfrutar de una sexualidad plena y sin ningún tipo de contratiempo.