Del 15 M a la posible vicepresidencia del Gobierno. La evolución de Irene Montero es incuestionable. Comenzó siendo una más dentro de la prematura formación de izquierdas y ahora aspira a convertirse en una pieza clave del primer Gobierno de coalición de la historia de España desde la Segunda República.
La negociación de su cargo es esencial para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez. Y aunque de momento siguen sin sacarse conclusiones definitivas, todo apunta a que su presencia dentro del Ejecutivo es innegociable. Montero ocuparía así el puesto prediseñado para su pareja, Pablo Iglesias, quien tuvo que dar un paso atrás ante la negativa del PSOE a aceptar su entrada en el Gobierno.
Una vicepresidencia de Asuntos Sociales, pilotada por Montero, parece ser la línea roja que la formación morada ha puesto al PSOE. Si este hecho se hiciera realidad, la “número dos” de Unidas Podemos consolidaría así su liderazgo dentro del partido y, sobre todo, cuestionaría gravemente el de Iglesias, tocado después del pésimo resultado electoral de los morados.
VICEPRESIDENTA DE ASUNTOS SOCIALES
El perfil de Montero es muy diferente al de las últimas vicepresidentas gubernamentales. No ha trabajado en ningún cargo público y, según reza en su currículum publicado en la web de Podemos, solo ha estado empleada en una tienda de informática, Saturn, desde 2010 a 2011.
Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Montero ha compaginado, desde los 16 años, sus estudios con movimientos sociales como la organización estudiantil, los movimientos de solidaridad, el 15M o las Marchas de la Dignidad. Sin embargo, la reivindicación que la acercó directamente a Podemos fue la de la vivienda digna.
Se unió a la formación en 2014 junto a Rafa Mayoral, ambos pertenecientes a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Desde ese año se convirtió en la responsable de los temas sociales y empezó a dirigir el gabinete de Iglesias. Es diputada desde 2016 y desempeña desde 2017 el cargo de portavoz del Grupo Confederal Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea.
Esta prematura experiencia, tanto en el ámbito político como en el profesional, es cuestionada desde fuentes cercanas al partido, que no creen que Montero esté preparada para un cargo tan importante como es la vicepresidencia del Gobierno. “No tiene el recorrido suficiente para ocupar ese puesto. Convertirse en vicepresidenta de un país como España es una barbaridad”, apuntan.
ANTERIORES VICEPRESIDENTES DEL GOBIERNO
“No tiene cultura de la vida. Promulga unas ideas que ella misma no ha vivido en su piel. No sabe lo que significa no llegar a fin de mes. Habla de oído” critican fuentes cercanas. Montero, de 31 años, solo lleva cinco años en política, de los cuales solo ha sido diputada tres. Apenas tiene experiencia laboral y aún así podría convertirse en vicepresidenta de la cuarta potencia económica de Europa.
Y aunque las comparaciones son odiosas, son incuestionables las abismales diferencias que presenta con sus inmediatas antecesoras, empezado por Carmen Calvo, actualmente en el cargo. Calvo asumió la vicepresidencia con 61 años después de casi 30 años en el mundo de la política.
Su carrera comenzó en Andalucía, donde ocupó la consejería de Cultura. Un puesto que le sirvió para dar el salto al ámbito nacional y convertirse en ministra de Cultura durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Entre otras funciones también ha sido vicepresidenta primera del Congreso de los Diputados y secretaria de Igualdad del PSOE.
Además de su trabajo en política, Calvo, doctorada en Derecho Constitucional, es profesora Titular de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba (en excedencia) y ha sido Secretaria General y Vicedecana de la Facultad de Derecho de la UCO, entre otras labores.
A diferencia de Calvo, Soraya Sáenz de Santamaría llegó con solo 40 años a la vicepresidencia del Gobierno, aunque estaba respaldada por una dilatada experiencia dentro y fuera del ámbito de la política. A la edad de 23 se licenció en Derecho quedando primera en su promoción y cuatro años más tarde ingresó por oposición en el Cuerpo de Abogados del Estado. También ha sido profesora de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III.
En política aterrizó en el año 2000 empezando por asesorar a Mariano Rajoy. En 2004 consiguió su escaño como diputada y ganó relevancia en 2008 cuando fue designada como portavoz del grupo popular en el Congreso. Tras la victoria de Rajoy en 2011 asumió la portavocía del Gobierno, se convirtió en Ministra de la Presidencia y finalmente fue designada vicepresidenta, cargo que ocupó durante siete años.
La trayectoria de anteriores vicepresidentes del Gobierno como Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Salgado, María Teresa Fernández de la Vega, Mariano Rajoy o Alfonso Guerra, al igual que los citados casos, ha sido un trabajo continúo y labrado a lo largo de los años. “Hay que ir poco a poco, por escalafón”. Y es que fuentes críticas con el posible nombramiento de Montero consideran que no se puede pasar de cero a cien sin un previo proceso de aprendizaje.
CADA VEZ MÁS CERCA DE LA VICEPRESIDENCIA
A pesar de las dudas que presenta su designación, la realidad es que cada vez es más probable que asuma este puesto. Fuentes cercanas al partido aseguran que los socialistas son capaces de acceder a ello, ya que “están limitados después de convertir en mártir a Pablo Iglesias”.
Según estas mismas fuentes, “el error garrafal del PSOE ha sido vetar públicamente, a través de los medios, a Iglesias y no hacerlo en las conversaciones que mantuvieron en privado”. Con esta “desacertada decisión”, Sánchez puso a disposición del líder de la formación morada la elección de los nombres que quería para el Ejecutivo y ahora no pueden prohibir más candidaturas.
Desde el inicio de las negociaciones el secretario general de Podemos ha sido claro en sus peticiones. Quieren un gobierno de coalición y “proporcional” a los votos recibidos en las urnas. En un inicio plantearon la posibilidad de crear cuatro vicepresidencias, de las que una sería para ellos, Asuntos Sociales. También están interesados en controlar un ministerio de Medioambiente, Cultura o Memoria Histórica. Y, sobre todo, quieren funciones Ejecutivas.
Las conversaciones durarán previsiblemente hasta el mismo jueves. Fuentes consultadas dudan que la votación de hoy salga adelante. Todo dependerá de lo que ocurra a lo largo de esta semana. Si finalmente se nombra vicepresidenta a Montero, Iglesias habrá cumplido el objetivo que se marcó en 2015, cuando aseguró que si ganaba ella sería su “número dos” en el Ejecutivo.
La diferencia con aquel entonces es que cuatro años más tarde Iglesias no es presidente del Gobierno, ni siquiera tiene asegurado su futuro dentro de Podemos. Por el lado contrario, Montero ha experimentado un ascenso reseñable que ha arrastrado a un segundo lugar a su compañero de partido. A pesar de su inexperiencia, ella podría convertirse en vicepresidenta y líder de Unidas Podemos, mientras que él tendrá que conformarse con lo que pudo y, finalmente, no fue.