Queda menos de una semana para que se lleve a debate en el Congreso de los Diputados la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno.
Cerca de tres meses han transcurrido desde que se celebrasen los comicios del 28A en los que saliese victorioso el PSOE. Desde la formación de la rosa daban prácticamente por hecho que las negociaciones con las formaciones de izquierda iban a llegar a buen puerto.
En cambio, de un tiempo a esta parte nada ha cambiado. Todas las reuniones han caído en saco roto. No ha existido consenso, el quid pro quo famoso que a veces precisa la política para hacer prosperar acuerdos.
PSOE y Podemos llevan estancados en esa posición desde que hace más de un mes comenzasen las negociaciones. Cansados los socialistas de que los morados no cumplan lo que piden, se han atrevido a buscar apoyos en las formaciones derechistas de PP y Ciudadanos. Hastiados de que los de la flor y el puño no flexibilicen su posición, se han negado a ofrecer más propuestas.
Total: algo más de un mes de tiras y aflojas que ha dado con sus huesos en una serie de declaraciones cruzadas en platós de televisión, actos de partido o Twitter. Repasamos la exteriorización de los problemas de unos y otros por la red social del pájaro azul.
PEDRO SÁNCHEZ ABRE LA VEDA: IGLESIAS ES EL ESCOLLO
El coto de caza quedó inaugurado por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quien intervino el jueves en el programa de Ferreras para manifestar su desacuerdo con el líder de la formación morada, Pablo Iglesias.
Para Sánchez, no es posible que Iglesias entre en el gobierno porque «no se dan las condiciones». Opina que existen «discrepancias de fondo en materias de Estado», así como que no puede permitir el acceso a la dirigencia del país a alguien que «me quiere vigilar, que no se fía de mí». Para terminar, esgrime que «no me garantiza la homogeneidad en la decisión de muchos de sus integrantes, como desgraciadamente ha pasado en La Rioja«.
IRENE MONTERO DEVUELVE EL DISPARO
En el mismo programa, Sánchez ha declarado que necesita un vicepresidente del Gobierno que le sea «leal» y que «defienda la democracia española».
Esto no le ha gustado a Irene Montero, portavoz de Unidas Podemos, que ha salido en defensa del líder morado alegando que «No todo vale. Menos entre fuerzas políticas que aspiran a gobernar juntas».
PABLO ECHENIQUE, A LA COBERTURA DE MONTERO
El siguiente en salir a la palestra para defender a sus colegas de partido fue Pablo Echenique, exsecretario de Organización de Unidas Podemos y actual encargado de la Comisión de Seguimiento de Pactos de Gobierno.
De las declaraciones de Sánchez, y bajo el tuit citado anteriormente de Irene Montero, Echenique adjuntó el momento exacto en el que Sánchez profiere esas palabras y añadió que «Decir que Pablo Iglesias no defiende la democracia, simplemente por tener ideas diferentes a las suyas, es algo muy grave, algo impropio de un presidente de España y debe rectificar».
Más tarde aportó que vetar a Iglesias es «vetarnos a todos» y que el titular de ayer debió ser «Pedro Sánchez veta a Unidas Podemos».
LA RETAGUARDIA MORADA CORROBORA
Los menos conocidos del partido surgido a raíz del 15M también salieron al campo de batalla a defender a los suyos.
Ahora le tocaba a Juanma del Olmo, Secretario de Comunicación de Podemos, cubrir las espaldas de Iglesias y ratificar el mensaje de Montero por Twitter.
Recriminó del Olmo entonces que Sánchez utilizase las mismas artes para desprestigiar a Iglesias que en su día Rivera y Casado le profiriesen al presidente del Gobierno en funciones.
NOELIA VERA: TRATADO DE PAZ
Desde las filas de Unidas Podemos siempre se ha creído que el partido estaba haciendo todo lo posible para negociar la mejor salida con Pedro Sánchez y así hacer posible el denominado «Gobierno de coalición«.
Esto es lo que ha esgrimido Noelia Vera, la portavoz de los morados y diputada por Cádiz en el Congreso, fue la primera en alzar la voz y también la única en procurar sembrar la paz.
Expuso las razones que defiende Podemos desde el principio de las negociaciones e instó a Pedro Sánchez a «llegar a acuerdos que permitan un gobierno de coalición progresista».