viernes, 22 noviembre 2024

Según cómo te sientes en el sofá, así es tu relación de pareja

¿Sabías que tiene mucho que ver? Sabemos que cómo dormís dice mucho de una relación de pareja. Sin embargo, pocas veces nos hemos preguntado qué tiene que ver cómo nos sentemos en el sofá para saber cómo es nuestra pareja. Ahora, han cambiado las reglas del juego gracias a una investigación sobre las diversas formas de relajarse en nuestro mueble favorito del salón.

La encargada ha sido una psicóloga experta en lenguaje corporal del Reino Unido. Ella ha querido hacer un estudio, en el que han participado más de dos mil personas, que ha revelado resultados sorprendentes sobre la relación entre nuestra posición en el sofá y el estado en el que se encuentra la relación. Hay diversas formas de sentarse y todas quieren decir algo.

Si se te ha despertado la curiosidad, esto te interesa. Descubre cómo está tu relación de pareja según te sientes en el sofá.

Pareja que se sienta separada, la más común

pareja sofa

En primer lugar, encontramos la pareja que se sienta separada. Ellos suponen un 37% de los resultados, debido a la comodidad de la posición. Las parejas que se sientan cada uno en un sillón no están mal, sino que llevan mucho tiempo juntas y precisan de espacio.

Encontramos personas que cuentan con una relación a largo plazo, sin que esto implique ningún tipo de problema. Son parejas que están muy habituados a estar juntos durante muchos años y hacen gala de esa independencia, sin que esta esté reñida con la intimidad entre ambos.

No obstante, sí que podemos encontrar algún indicio en esta posición que nos haga pensar que la pareja se siente indiferente entre sí. Por otra parte, también puede ser un indicio de que hayan comenzado vidas por separado.

Con las piernas en el regazo, la segunda en la lista

piernas regazo

La segunda posición de la lista, con un 20% de los resultados, es aquella en la que un miembro de la pareja se siente con las piernas sobre el regazo de la otra persona. Esta posición nos dice mucho de una relación. A pesar de ser una de las más comunes, es necesario diferenciar entre los dos miembros de la pareja.

En general, la persona que tiene las piernas sobre el regazo del otro es la que tiene el control de la relación. Esta exige atención, pero hasta cierto punto, y se define por ser quien lleva la posición de dominio. Puede ser la que lleve las riendas entre los dos.

Es un indicador, de forma general, de que nos encontramos en una relación feliz. Tener esta intimidad entre ambos, también en el sofá, se traduce en la comodidad que sienten los dos miembros estando juntos.

Al lado de la pareja, pero sin abrazarse

lado pareja

El 18% de los encuestados afirman que se sientan en el sofá al lado de su pareja, pero sin abrazarse. Esta es una posición normal en aquellas personas que tienen una relación feliz y tranquila. Es normal que no estén en esos primeros momentos apasionados. Sin embargo, siguen conectados y mantienen un buen contacto.

Aquellas parejas que prefieren sentarse en esta posición denotan un alto nivel de confianza. La intimidad, en este caso, se combina con la libertad. Es decir, los miembros de la relación son independientes, pero también desean seguir sintiéndose tan cerca como en los comienzos.

Cuando nos sentamos al lado de la otra persona estamos destacando un nivel de confianza que también genera la cantidad de espacio saludable que debemos tener. No son personas que tienden a agobiarse, pues se respetan demasiado.

Sentados en el lado opuesto del sofá de nuestra pareja

lado opuesto pareja

El 16% de los encuestados afirman que, cuando se sientan en el sofá junto a su pareja, lo hacen en lados opuestos del sofá. Esta posición también se conoce como sujetalibros. Lo que quiere decir es que la relación está pasando por un momento complicado, pues sus miembros se han desprendido.

Cuando una persona se sienta en el lado opuesto al otro, está teniendo un comportamiento que denota protesta. Si no existe conflicto entre los dos y siempre nos hemos sentado así, puede que la pareja se haya distanciado en los últimos tiempos.

Si las partes tienen las piernas cruzadas apuntando una contra la otra la situación se complica. De acuerdo a la opinión de la psicóloga, esta posición es un claro indicio de que la relación se ha enfriado y sus miembros se han terminado «separando».

Abrazándose en una esquina y en el medio

abrazandose medio

El 12% de los encuestados afirman sentarse abrazados los dos en una esquina. Esto sucede en aquella pareja en la que continúa habiendo una cercanía muy grande. Sin embargo, también puede significar que exista una diferencia de poder en la relación. Quien se apoya en la esquina tiene el poder y, el otro, el que necesita sentirse protegido.

Las personas que se sientan y se acarician en el medio del sofá suponen el 9% de los encuestados. Esta la podemos considerar como la posición más amorosa, pues existe una igualdad entre los miembros de la relación. Sucede en parejas que necesitan seguridad estando juntas y en las que la pasión sigue estando muy presente.

En el caso de que las personas se sienten juntando también sus cabezas, significa que continua habiendo una fuerte conexión, tanto física como emocional. Esta es la que más llama la atención debido a su fuerte componente romántico. Son personas que se quieren, se cuidan y, por supuesto, se protegen.

En una esquina con las piernas encogidas

piernas encogidas

El 8% de las personas encuestadas en el estudio afirmaron sentarse en una esquina con las piernas encogidas. La persona que se encuentra en esta posición denota que se siente cómoda. Es una posición que se puede equiparar a la de sentarse en el centro, debido al componente romántico.

En este caso, la pareja que se sienta así tiene mucho que contar. El miembro de la misma que se apoya en la esquina suele ser el más fuerte de la relación. La persona que se sienta junto a él con las piernas encogidas, es la más sumisa.

A veces, esta posición denota esta inseguridad de quien encoge las piernas para sentirse cómodo. Y es que esta pose se denomina como fetal, buscando la protección del otro también cuando nos sentamos en el sofá.