El president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, ha afirmado que la región «no está en estos momentos en situación de adoptar» el confinamiento domiciliario, que ha calificado de «medida extrema», y ha apuntado que en el estado de alarma vigente «no existe la posibilidad» de implantarla.
Así se ha expresado Puig en su comparecencia con la consellera de Sanidad, Ana Barceló, para anunciar la prórroga del cierre perimetral de la Comunitat Valenciana durante una semana más, hasta el viernes 13, que se ha publicado este viernes en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, recordar que sigue vigente la restricción a la movilidad nocturna y apunar que con los datos actuales «no habrá Navidades normales».
Según Puig, «se tomarán todas las medidas necesarias» de manera «articulada, serena, dialogada, y buscando la solución contra la pandemia» con el objetivo de «salvar vidas, preservar trabajos y proteger a las familias». «La prioridad es superar la pandemia», ha remarcado y ha incidido en la «corresponsabilidad ciudadana» para lograrlo.
El president de la Generalitat ha abundado en que a cada situación se tendrá que responder con «proporción» porque «ninguna medida es neutra». El confinamiento domiciliario tiene consecuencias, y los cierres de actividades también», ha aseverado y ha aludido a los efectos económicos «muy graves», pero también a los «sociales y psicológicos» en una población que ya está «muy fatigada».
No obstante, ha indicado que se contemplan «todas las medidas en una emergencia cambiante». «Es decisivo que no nos saltemos las fases. La situación es grave, pero no podemos perder la perspectiva», ha agregado al tiempo que ha apuntado que las hospitalizaciones se encuentran al 60% del pico de la pandemia, y al 57% las UCI.
MIRADA EN EL 9 DE DICIEMBRE
Puig ha afirmado que la «mirada» está puesta en el 9 de diciembre, el día en que se terminan las restricciones aprobadas este viernes, cuando se «verá el resultado del conjunto de medidas». Además, ha apuntado que se estarán «permanentemente evaluando».
En esta línea, ha insistido en «no tomar medidas compulsivas, sino pensadas y que vayan en la dirección correcta». «A medida que pasen las semanas podremos analizar y conocer el impacto de las medidas tomadas para contener la pandemia, pero el criterio de los expertos y de salud pública aconsejaba nuevas medidas complementarias», ha indicado.
También ha defendido que la Generalitat «siempre ha intentado ir un paso por delante», y ha indicado que fue el primer gobierno en «cerrar los bares en marzo», que «no pidió el pase a la segunda fase en mayo y que restringió la movilidad nocturna antes que nadie.
Respecto a la situación hospitalaria, ha mantenido que se viven unas semanas «muy difíciles» en los hospitales y centros de salud, y ha reconocido a los sanitarios su «esfuerzo enorme». Igualmente, ha manifestado: «No podemos relajarnos. Estamos mejor que otras comunidades y países, pero la relajación es la peor medida que podemos tomar».
«NO HABRÁ NAVIDADES NORMALES»
En ese sentido, ha confirmado que con los datos actuales «nadie puede pensar en unas Navidades normales» sino que lo que hay que «hacer lo posible para que se mantenga lo fundamental de estas fiestas que son los sentimientos y poder combinar la ilusión de los niños con la necesidad de mantener las distancias y contener las manifestaciones masivas».
No obstante, ha incidido en que «no son necesarias medidas que estrangulen a la sociedad pero tampoco se pueden consentir más imprudencias. «Si somos capaces de llevar a cabo las medidas acordadas, igual que ha pasado en municipios con medidas anteriores que ha mejorado la situación, mejorará en el conjunto de la Comunitat Valenciana», ha señalado.
En ese sentido, ha replicado a las críticas del sector de hostelería por estas nuevas restricciones y ha destacado que en la Comunitat «no se cierra como sí han hecho otras comunidades» y que la Generalitat «apoya los ERTE y conceder ayudas coordinadas en la medida que se pueda». Con todo, ha insistido en que la prioridad «máxima es la salud» y los expertos «aconsejan limitar la interacción personal» en bares y restaurantes.