sábado, 23 noviembre 2024

El pulso entre Ciudadanos y Vox consume el poder del PP

El largo pulso que han mantenido Ciudadanos y Vox desde las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo se saldó el jueves con una falta de entendimiento entre la derecha que condenó la candidatura del PP. La Comunidad de Murcia sigue sin un nuevo gobierno y este hecho podría repetirse en otros destinos si ambas formaciones, como parece, mantienen intactas sus posturas. Lo que más preocupa al PP ahora mismo es la Comunidad de Madrid, su feudo más importante por antonomasia y clave en España. La pelota parece estar en el tejado de Rivera, que tendrá que decidir si firma o no acuerdos a tres.

EL PP NO TIENE DUDAS

El problema que vislumbra Ciudadanos para pactar con el partido de Santiago Abascal no se le presenta al Partido Popular. Isabel Díaz Ayuso, ya desde la noche electoral, mostró su disposición a llegar a acuerdos con Vox. No obstante, por cuestión de votos, la candidata del PP escogió a Aguado como socio preferente. Y con él está cerca de alcanzar un acuerdo. El objetivo ahora, como lo es desde hace tiempo, es conseguir que Ciudadanos levante el veto o que Vox renuncie e entrar en el gobierno. Una postura de lo más compleja que, de momento, no han cumplido en Murcia.

Es más, la relación entre los populares y Vox ha empeorado, después de que García Egea tildara anoche al partido de Abascal de “ultraderechita cobarde” y de mentiroso, por no favorecer la investidura de López Miras cuando habían alcanzado un acuerdo. Este mismo viernes el presidente de la formación verde ha hecho caso omiso a estas palabras y simplemente se ha limitado a tender la mano a PP y Ciudadanos, siempre y cuando el acuerdo sea entre las tres partes.

CIUDADANOS, EN UNA ENCRUCIJADA

La postura que deberá adoptar Rivera desde la capital es complicada. La guerra con Vox no ha tenido vencedores, pero le ha servido al presidente de Ciudadanos para vislumbrar que los de Abascal no tienen miedo a votar en contra del PP y poner en jaque un gobierno de la derecha. A partir de ahí se intensifica el pulso con desenlace incierto. La opción más factible para Rivera sería acuerdos a tres sin dar entrada a Vox en los gobiernos y limitarse a un acuerdo de programa, pero desde Francia Macron no vería con buenos ojos el acuerdo con la ultraderecha.

El tiempo corre y en Madrid ni siquiera hay un candidato firme. Desde la derecha reclaman a Ayuso y desde la izquierda a Gabilondo. La investidura está prevista para el próximo miércoles y el cruce de palabras entre los distintos partidos no acompaña. «Vox sabotea el Gobierno liberal de Ciudadanos y PP en Murcia. Se unen a PSOE y Podemos para impedir que bajemos los impuestos a los murcianos”, señaló anoche Hervías, secretario de Organización de Ciudadanos.

La única preocupación de Vox en este momento es la posibilidad de que la cuerda se tense tanto que el único remedio sea la repetición electoral. Según el CIS la formación de Abascal se vería damnificada y sería un escenario difícil a contemplar. De ahí que tras la falta de entendimiento ya extiendan su mano para retomar las negociaciones. El resultado de su guerra particular con Ciudadanos podría consumir el poder del PP, que ve peligrar comunidades como Murcia y Madrid donde ya había festejado su triunfo.