El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha condenado los incidentes de este fin de semana en diversas ciudades españolas en protestas contra el toque de queda y las medidas del Gobierno para frenar los contagios por coronavirus y ha explicado que responden a una «fatiga pandémica».
En un encuentro telemático con empresarios catalanes organizado este lunes por la consultora Intermèdia Comunicació, Illa ha reconocido «el cansancio de la población, que lleva a no seguir las medidas, a subestimar los riesgos e incluso a protestas violentas», y ha pedido a la ciudadanía un esfuerzo solidario.
El ministro ha reconocido el civismo de la mayoría de la población, pero ha declarado que los altercados de este fin de semana «están fuera de lugar y no ayudan en nada», y ha pedido una actitud firme y contundente ante los negacionistas, en sus propias palabras.
Ha recordado que el Covid-19 «es un virus muy contagioso, que no se puede banalizar, que mata a un porcentaje de la gente que se contagia y que una pandemia significa que hay que hacer un enorme esfuerzo de solidaridad; voluntaria o forzada», porque evitar contagios es una responsabilidad colectiva.
Por ello, Illa ha insistido en condenar las «actitudes absolutamente incívicas, insolidarias y hasta delictivas» que se han producido estos últimos días en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Málaga o Logroño; y ha pedido tomar como ejemplo actitudes cívicas que ha considerado mayoritarias en la sociedad española.
UNA VACUNA «SEGURA Y EFICAZ» EN 2021
Durante la conversación con los empresarios, Illa también se ha referido a la futura vacuna contra el coronavirus, que ha vaticinado que podría llegar a España «a principios del 2021 o, si las cosas van muy bien, a finales del 2020».
Ha insistido en que «no se administrará ninguna vacuna si no es segura y eficaz» y ha informado que España participa de la estrategia europea para la vacuna del Covid-19 y que ha pactado la compra de siete vacunas elaboradas con tres tecnologías diferentes, con el objetivo de asegurarse las dosis.
A preguntas de los participantes sobre la velocidad a la que se está desarrollando la vacuna y su fiabilidad, Illa ha respondido: «Es cierto que se ha ido muy rápido, pero también es cierto que se han movilizado recursos como nunca antes; y que los análisis clínicos se están haciendo con un número de personas muy elevado».
En este sentido, el ministro ha confiado en el «estricto» marco regulatorio europeo y en la experiencia de las compañías farmacéuticas de todo el mundo que están trabajando en la vacuna; y ha explicado que, según los expertos, será necesario que se vacune más del 40% de la población para asegurar su eficacia.
También ha apostado por aumentar el número de médicos en España, que ha reconocido insuficiente, aunque ha recordado que su formación es lenta: «Me gustaría un crecimiento sostenido en los próximos años, está fuera de duda que hacen falta más recursos para el ámbito sanitario», ha declarado Illa.