Alrededor de 50 migrantes han muerto después de que su embarcación quedara a la deriva en aguas del océano Atlántico cuando intentaban llegar a las Islas Canarias desde Senegal, según han confirmado este jueves fuentes de seguridad mauritanas.
Estas fuentes, citadas por la agencia estatal mauritana de noticias, AMI, han indicado que la embarcación soltó amarras hace cerca de dos semanas con unos 80 migrantes a bordo, si bien sufrió diversas dificultades que provocaron la muerte de al menos 47 personas.
Así, han detallado que un total de 37 supervivientes lograron que la embarcación cambiara la dirección y entrara en aguas territoriales mauritanas, donde fueron localizados por una patrulla de la Guardia Costera, que ha trasladado a estas personas a la ciudad portuaria de Nuadibú, donde 18 han tenido que ser hospitalizados.
Las autoridades mauritanas han confirmado durante la semana la interceptación de alrededor de 330 migrantes que intentaban llegar a las Islas Canarias desde Senegal tras cruzar sus aguas durante la travesía, tal y como ha recogido la citada agencia.
Durante la jornada de este jueves, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha confirmado la muerte de al menos 140 migrantes y refugiados después de que la embarcación en la que viajaban se hundiese frente a las costas de Senegal, en el naufragio más mortífero registrado en lo que va de 2020.
El barco partió de Senegal el 24 de octubre, desde la localidad de Mbour, rumbo a las Islas Canarias. Según dirigentes locales citados por la OIM, la embarcación se incendió solo unas horas después de zarpar y se hundió cerca de Saint-Louis, en la costa noroeste del país y cerca de la frontera con Mauritania.
La embarcación naufragada transportaba a unas 200 personas, pero solo 59 de ellas fueron rescatadas con vida tras la intervención de barcos oficiales de Senegal y España y de pesqueros que faenaban en la zona. Se han localizado al menos 20 cadáveres.
LA OIM PIDE «UNIDAD» INTERNACIONAL
El jefe de la OIM en Senegal, Bakary Doumbia, ha expresado su consternación por estos hechos y ha llamado a la «unidad» de la comunidad internacional para poner fin al tráfico de personas, «que se aprovecha de jóvenes desesperados» que buscan un futuro mejor en los países del sur de Europa.
«También es importante abogar por canales legales que perjudiquen el modelo de negocio de los traficantes e impidan que siga muriendo gente», ha añadido Doumbia en un comunicado.
La organización ha alertado de un aumento «significativo» de las embarcaciones que parten desde la zona occidental de África rumbo al archipiélago canario. Solo en septiembre, partieron 14 barcos con un total de 663 migrantes y en uno de cada cuatro casos se informó de algún tipo de incidente.
La OIM calcula que este año han llegado a Canarias unas 11.000 personas, lejos de las 2.557 registradas en el mismo periodo de 2019 pero aún por debajo de la crisis de los cayucos de 2006, cuando la cifra se disparó hasta los 32.000. La agencia estima que solo en 2020 han perdido la vida 414 migrantes y refugiados en esta ruta.