Fundación Universidad-Empresa advierte de que los estudiantes matriculados en últimos cursos de la universidad están viviendo un «desconcierto absoluto» con respecto a su formación y su futuro acceso al mercado laboral, ante los cierres de facultades y campus en diversas universidades españolas durante el inicio del curso académico.
«La crisis sanitaria se está cebando con ellos, las opciones de futuro de muchos estudiantes se han visto truncadas», alerta Carmen Palomino, directora de talento de FUE.
En ese sentido, FUE –que ha promovido un Manifiesto Por El Talento, como un reto colectivo de empresas, universidades, instituciones y la sociedad en general, para impulsar los mecanismos de iniciación profesional y formativa– señala que, entre otras muchas cosas, las experiencias de intercambio internacionales se han quedado «a medias», hay prácticas que no se han podido realizar y se han mermado de «forma alarmante» las oportunidades de demostrar sus conocimientos y habilidades.
Al mismo tiempo, en FUE explican que muchos Trabajos de Fin de Grado (TFG) requieren documentación física o desarrollo en laboratorios, por lo que se han tenido que replantear nuevos enfoques. «Creemos que se ha generado un estrés, incertidumbre y presión añadida a la ya de por sí difícil situación que viven todos estos jóvenes que acaban la carrera con respecto a la inserción en el mundo laboral», señala Palomino.
En relación a los cierres de campus y de algunas facultades por el aumento de casos de COVID-19, en FUE consideran que hay que asumir una «formación cambiante» de forma recurrente. «La universidad debe tener flexibilidad para adaptarse sin que repercuta en la calidad académica», sugiere Palomino.
Según indica, las universidades deben disponer de «protocolos que garanticen la formación en remoto», no solo a nivel de infraestructuras o tecnologías, sino también a nivel docente con profesorado adecuadamente cualificado. «Más allá del cierre de facultades o aulas, es fundamental que se pueda continuar con el temario de forma online para que los estudiantes no vean afectado el desarrollo de sus conocimientos», señala.
Asimismo, desde FUE consideran que hay que mentalizarse de que la situación atípica actual «se va a prolongar en el tiempo«, con lo cual «es necesario asumirlo como parte de nuestra realidad».
A ese respecto, FUE lamenta la «visión injusta» que se está dando de los jóvenes universitarios. «Existen casos de irresponsabilidad, pero muchos de los jóvenes están cumpliendo con la normativa, adoptando medidas de seguridad y siendo responsables», reconoce Palomino.
«De todas las prácticas que hemos gestionado desde marzo, solo un 4% de estudiantes ha recibido la baja por COVID-19, por lo tanto, sabemos que la mayoría de los estudiantes lo están haciendo bien y hay que valorarlo», puntualiza.
Desde FUE consideran que la formación complementaria puede realizarse «perfectamente» en remoto y con herramientas online. Sin embargo, los jóvenes necesitan experimentar también la vida universitaria, no sólo para interactuar con profesores y compañeros, sino también para fomentar los aspectos humanos del proceso de aprendizaje.
Por ello, la presencialidad en las aulas afecta en mayor medida a las habilidades personales y a las competencias transversales, no tanto a la propia formación. «Ir a clase presencial fomenta organización y constancia, desplazarse todos los días para cumplir con unos objetivos y horarios establecidos», indica Palomino.
A su vez, para FUE es clave el papel de interacción en la universidad para socializar. «Hablamos del apoyo tanto del profesorado como de compañeros y amigos, no solo durante las clases sino en los momentos de descanso. Se incrementa la comunicación, un trato más cercano, resolución de dudas», añade.
Con respecto a las competencias transversales, como el trabajo en equipo, en FUE consideran que «pueden y deben aplicarse en cualquier contexto», ya que «son capacidades que nos hacen ser más eficaces independientemente del entorno en el que nos encontremos», admite.
Aún así, es cierto que pueden verse afectadas con un «cambio de gestión radical como ha sido la llegada del teletrabajo», alerta Palomino. Para ello, desde FUE apuestan por garantizar otras competencias transversales que ayuden a estabilizar otra nueva forma de trabajar. Planificación, coordinación, autonomía y motivación ayudan a los estudiantes a ser más resolutivos, a sacar partido a su trabajo y a alcanzar los objetivos. «Competencias que se adquieren en la universidad y que son claves en cualquier entorno laboral», precisa Palomino.