La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha advertido que la pandemia de COVID-19 está provocando «numerosos trastornos psicológicos» y un «elevado nivel de estrés entre los profesionales que se enfrentan cada día a ella». Por ello, han exigido que «se refuercen las medidas de protección necesarias y se invierta en la salud «, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.
«El acceso limitado a una atención de calidad de Salud Mental ha disminuido más aún debido al COVID-19. Las causas principales han sido la infección y el riesgo de infección en centros de atención de larga duración como los centros residenciales y las instituciones psiquiátricas; los obstáculos para reunirse con personas cara a cara; el hecho de que el personal de salud mental esté infectado por el virus; y el cierre de los centros de salud mental para convertirlos en centros de atención para personas con COVID-19», señalan en un comunicado.
Según CSIF, ansiedad, insomnio, miedo y desamparo son las principales secuelas y sentimientos que reconoció padecer el personal al servicio de la sanidad pública en una encuesta realizada por CSIF en verano sobre 13.138 profesionales. Hasta un 68,55 por ciento de las personas encuestadas aseguran padecer alguno de estos síntomas.
En otra encuesta realizada por CSIF en mayo, un 92,8 por ciento de los docentes sufrió desgaste emocional, estrés, angustia o ansiedad a causa del confinamiento y de la educación a distancia. Ahora la situación se mantiene, aunque en las aulas, puesto que no ofrecen la seguridad cien por cien ante posible contagio de COVID19.
CSIF exige que se refuercen las plantillas de las administraciones que están saturadas (servicios sanitarios, sepe, etc.), se invierta en salud mental y reclama un programa generalizado de psicólogos para los profesionales. Además, reclaman la protección de la salud psicológica de los empleados y que se adopten medidas preventivas de gestión psicosocial para minimizar los riesgos psicosociales derivados de la crisis del COVID-19.