sábado, 14 diciembre 2024

Declara en el juzgado por primera vez en 18 años la madre de Déborah Fernández

Rosa Neira, la madre de la joven viguesa Déborah Fernández-Cervera, cuyo cadáver apareció en una cuneta de O Rosal (Pontevedra) en mayo de 2002, declara este viernes en el juzgado de Tui por primera vez en más de 18 años y, antes de comparecer ante la jueza, ha apuntado que «no hay crimen perfecto, hay una mala investigación».

Así, en declaraciones a los medios antes de entrar en el juzgado de instrucción número 2 de Tui, Rosa Neira ha recordado que «es la primera vez después de casi 19 años» en la que se le va a tomar declaración en relación con el crimen de su hija. «Para mí es una pequeña victoria dentro de este proceso tan largo», ha afirmado.

La madre de Déborah ha proclamado que «no hay crimen perfecto, hay una mala investigación, una infumable instrucción y un espíritu corporativo, por abordar el mal hacer de atrás».

Según ha señalado, por primera vez desde que se descubrió el cadáver de Déborah podrá explicar ante un juez lo que vivió. «Pido justicia y saber la verdad, nada más», ha aseverado, y ha añadido: «No vengo sola, vengo de la mano de Déborah, de mis otros hijos, de mi marido y de un montón de personas anónimas que me están acompañando. Esto ya no es un palacio de justicia, es la casa de los espíritus buenos, o eso esperamos».

Por su parte, la hermana de Déborah, Rosa Fernández-Cerveira, ha subrayado que este viernes «es un día superimportante» para su familia, y el hecho de que su madre vaya a declarar por primera vez les da «aliento» para «seguir queriendo saber la verdad».

«NEGLIGENCIAS» EN LA INVESTIGACIÓN

Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002 a los 21 años, después de salir a correr por la zona de Samil en Vigo. Su cuerpo fue encontrado desnudo, rodeado de pistas falsas, una semana después en una cuneta en el ayuntamiento O Rosal, a unos 40 kilómetros de distancia.

Aunque el caso se cerró sin resolver, el pasado mes de noviembre el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui (Pontevedra) acordó su reapertura para proceder a la práctica de nuevas actuaciones.

En los últimos meses se han producido declaraciones de varios testigos, aunque nunca hasta ahora había sido citada la madre de la víctima.

La familia de Déborah lleva años denunciando supuestas «negligencias» en la investigación policial y en la instrucción (pruebas que «se pasaron por alto», «contradicciones» en varias declaraciones, la inspección tardía del coche de su expareja, etc.) y, tras conseguir la reapertura del caso, han solicitado diversas declaraciones y diligencias, entre ellas el duplicado de un disco duro que perteneció a la joven.