Los equilibrios de Cs con el franquismo para no seguir el juego a nacionalistas e izquierda

  • Aunque han apoyado algunas iniciativas parlamentarias contra el dictador, otras veces se han abstenido.
  • Cs argumenta que no quiere hablar del pasado, sino del futuro, y rechaza la idea de las dos Españas.
  • Rivera ve el franquismo como una “etapa negra” de España que se debe superar.
  • El portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, se levantó ofendido de su escaño en un Pleno hace dos años al escuchar cómo Gabriel Rufián, diputado de ERC, acusaba a su partido de no condenar el franquismo.

    “Se trata de una mentira que repiten a menudo”, denunció Girauta al pedir la palabra para contestar al diputado independentista, al que recordó que la última vez que Ciudadanos había condenado el franquismo fue en septiembre de 2013 en el Parlament de Cataluña.

    Efectivamente, el 27 de septiembre de ese año, cuando aún era un partido catalán, votó a favor de una resolución en la que se condenaba “toda declaración o actividad que suponga cualquier trivialización, alusión comparativa injuriosa, exculpación o negación del nazismo, del franquismo y demás regímenes fascistas y totalitarios”.

    Entonces, ¿por qué se duda de la oposición de Cs al franquismo? Nunca han hablado de esa etapa con benevolencia. De hecho, en las declaraciones públicas de sus representantes, no tienen problema en censurar la dictadura de Francisco Franco.

    Las dudas aparecen cuando tienen que votar una iniciativa parlamentaria promovida por otro partido, normalmente de izquierdas o nacionalista, y posicionarse en el sí o en el no. Para Ciudadanos, eso supone entrar en la lógica –que tanto denosta– de las dos Españas, de los rojos y los azules.

    Lo explicó el secretario general del partido, José Manuel Villegas, en el Pleno del Congreso a finales de 2017, mientras se debatía una proposición de ley del PDeCAT para declarar nulos los tribunales constituidos durante la Guerra Civil y el franquismo y sus sentencias.

    “Mirar hacia atrás no es la prioridad de nuestro grupo, nuestra prioridad es mirar al futuro”

    El PP votó en contra y Cs fue el único grupo que se abstuvo ante esa iniciativa, que fue aprobada. Villegas justificó esta posición reiterando uno de los mantras de su partido cuando se habla del franquismo: “Mirar hacia atrás no es la prioridad de nuestro grupo, nuestra prioridad es mirar al futuro”.

    O lo que es lo mismo: Ciudadanos no quiere remover el pasado. Un pasado que el diputado describió como una “etapa negra” de España que se inició con un “golpe de Estado contra el régimen legítimo de la República”, siguió con una “tremenda guerra entre hermanos” y continuó con una “noche de cuarenta años de dictadura fascista”.

    Pero ahora “pongamos el objetivo en crear un proyecto común, español, ilusionante, renovado y revitalizado”, pidió Villegas tras poner en valor la Transición a la democracia. Para la formación naranja, los debates sobre el franquismo están ya superados y es mejor centrarse en resolver los problemas actuales de los ciudadanos.

    Ese empeño de Ciudadanos por no entrar en el juego lo ha llevado en muchos casos a optar por la abstención en distintas votaciones. Tan solo dos semanas después de apoyar la resolución de 2013 contra el franquismo, se produjo el famoso episodio en el que todos los diputados de Cs y del PP en el Parlamento catalán salieron del hemiciclo.

    DURO ENFRENTAMIENTO EN EL PARLAMENTO CATALÁN

    El motivo de su salida fue un duro enfrentamiento verbal en el que estuvieron implicados diputados del PP, Cs y la CUP, así como la presidenta de la Cámara, Núria de Gispert, en relación con la manifestación del Día de la Hispanidad.

    Al marcharse, se ausentaron de la votación de una moción de condena al franquismo y el nazismo presentada por ICV, y muchos interpretaron que actuaron así para no tener que posicionarse al respecto.

    Sin embargo, en 2016 el Parlament volvió a debatir sobre este tema y en esa ocasión tanto los populares como el partido naranja votaron a favor de condenar “todas las formas de fascismo, incluida la dictadura franquista”.

    Además, esa moción, impulsada por la CUP, instaba a la Fiscalía a investigar los delitos relacionados con “la represión, la violencia o la persecución ejercida contra la disidencia política y social durante la Guerra Civil y la dictadura franquista” para establecer posibles responsabilidades penales.

    En cambio, en las dos votaciones parlamentarias más recientes sobre Franco, Ciudadanos ha vuelto a la abstención. La primera se produjo en el Congreso el pasado septiembre, cuando el Pleno avaló el decreto ley del Gobierno para exhumar los restos del dictador del Valle de los Caídos.

    La segunda, el miércoles pasado en el Pleno del Senado, que condenó el franquismo y “cualquier acto de exaltación del mismo” y respaldó la decisión de exhumar a Franco. En ambos casos, Ciudadanos defendió que su posición va en la línea de las recomendaciones del informe que aprobó en 2011 una Comisión de Expertos sobre el futuro del Valle de los Caídos.

    Ese informe aconseja sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos, convertir este en un lugar de memoria y de reconciliación y buscar los más amplios consensos políticos, según destacó Villegas durante el debate en la Cámara Baja.

    Para el partido naranja, es necesario poner fin a la “anomalía” de “tener un monumento que exalta la dictadura y al dictador”, pero la fórmula elegida por el Gobierno no era la adecuada, por “parcial e insuficiente” y por tratarse de un decreto ley.

    EL FRANQUISMO, «LOS AÑOS MÁS NEGROS» DE ESPAÑA

    Al final, por mucho que Albert Rivera y los suyos hablen del franquismo como “los años más negros” de España, rechacen explícitamente los actos de homenaje al dictador o se pronuncien a favor del cierre de la Fundación Francisco Franco, como han hecho, las palabras solas no bastan.

    Mientras siga habiendo iniciativas parlamentarias contra el franquismo y Ciudadanos insista en abstenerse, en vez de votar a favor, habrá quien siga dudando de su rechazo a la dictadura.