domingo, 15 diciembre 2024

Fractura de En Marea: Villares y sus afines se pasan al grupo mixto

Luís Villares y sus tres diputados afines (Paula Vázquez Verao, Pancho Casal y Davide Rodríguez) han hecho real la fractura de En Marea tras anunciar el abandono de la segunda fuerza de Galicia. El hasta ahora portavoz parlamentario de En Marea y sus más allegados pasarán a formar parte del grupo mixto.

La crisis interna abierta con la elección del senador por designación autonómica que correspondía a En Marea como segunda fuerza en el Parlamento de Galicia ha precipitado una ruptura que existía ‘de facto’ desde hace tiempo entre los diputados críticos con Villares y los afines al magistrado lucense, que ha sido el encargado de anunciar su marcha al mixto en una comparencia de prensa celebrada este jueves en la que estuvo acompañado de los parlamentarios que lo acompañarán al mixto.

Con todo, sobre si este tema motivará que el Grupo Parlamentario de En Marea pierda la posibilidad de presentar a su senador por designación autonómica al dejar de ser la primera fuerza de la oposición, fuentes del Parlamento de Galicia consultadas por Europa Press han apuntado que la Cámara «no se adelantará a los acontecimientos».

Así, estas fuentes señalan que, una vez se registre la marcha de Luís Villares, Paula Vázquez Verao, Pacho Casal y Davide Rodríguez al grupo mixto, la solicitud «se tramitará conforme a derecho» y «con arreglo a lo que indiquen los servicios jurídicos» del Legislativo.

En su comparecencia y flanqueado por los parlamentarios que le son afines y gran parte de la dirección de En Marea, Luís Villares ha asegurado que su marcha al mixto se debe a que el actual grupo parlamentario «ya no representa a En Marea, sino a Podemos y a los que deciden seguir sus dictados», en referencia a Anova y Esquerda Unida.

El magistrado en excedencia ha vuelto a cargar con dureza contra Podemos y su líder, Pablo Iglesias, al que acusa de «interntar hacerse con el control de En Marea, tratando de destruir la confluencia para fundar un proyecto alternativo que es la antítesis de En Marea».

El paso de Villares se produce en víspera del fin del plazo dado a los diputados críticos para que acatasen el nombramiento de Mariló Candedo (propuesta por la dirección de En Marea) para el cargo de senador o abandonasen el grupo parlamentario.

«Nada de esto sucedió y no es previsible que suceda. Pero no seamos inocentes y asumamos la realidad política impuesta por Podemos, con la complicidad seguidista de la dirección de Anova», ha incidido Villares antes de anunciar su pase al mixto junto con Rodríguez, Casal y Vázquez Verao.

De este modo, ha puesto el foco en que las «normas de convivencia» que «marcaban los estatutos de En Marea» permitían la coexistencia de «dos sensibilidades» dentro del grupo, pero que esta realidad «ya no es así» pues están «aquellos diputados leales al mandato» del partido instrumental y «aquellos que obedecen las consignas de una organización diferente: Podemos».

REEDITAN

Así pues, rompe el único espacio donde todavía permanecía unido formalmente el espacio político de la llamada unidad popular, toda vez que en las elecciones generales se escenificó el divorcio con la división en dos candidaturas que compitieron entre sí: la En Marea de Villares, que obtuvo menos de 18.000 votos, y la coalición En Común-Unidas Podemos, integrada por EU y Podemos y que se hizo con dos diputados. Anova, por su parte, quedó descolgada y optó por no concurrir a los comicios del 28 de abril.

Además, En Marea revive lo acontecido con su predecesora, Alternativa Galega de Esquerdas, que vio como tres de sus nueve diputados acababan la pasada legislatura en el grupo mixto también por las tensiones internas.

La ruptura supondrá que los diputados que se quedan en el grupo de En Marea serán los que reniegan de su pertenencia al partido instrumental, mientras que los parlamentarios que integrarán el mixto son leales al proyecto nacido en la asamblea de Vigo celebrada en julio de 2016, menos de dos meses antes de las elecciones autonómicas en las que el proyecto rupturista logró 271.418 votos y 14 escaños.

RELANZAR EL «PROYECTO»

Así las cosas, Villares confía en que el trabajo desde el grupo mixta sirva para relanzar un «proyecto renovado que recupera la ilusión perdida por las peleas internas» con base en «una coralidad republicana y progresista amplia» en torno a las ideas del «feminismo, ecologismo, justicia social» y con «una idea nacional inclusiva».

Asimismo, incide en que es necesario aparcar los «enfados y las estridencias» que atribuye a la dirección de Podemos con Pablo Iglesias al frente. «Ya está bien de enfados, de discusiones y líos. Cuando alguien viene con una solución, viene con una sonrisa. Y aquí está esta nueva marea, que con humildad pero con determinación, abre un nuevo ciclo institucional con un sonrisa a la democracia social en nuestro país», ha zanjado Villares.

El magistrado niega que su marcha al mixto tenga un trasfondo económica –En Marea comenzará en julio a cobrar a sus inscritos por la deuda contraida durante los procesos electorales de los últimos dos meses– sino que se debe a la «responsabilidad» con el proyecto del partido instrumental para así «dejar de hablar de cuestiones internas» que impedían la «visualización» del trabajo político.

EL SENADOR, EL ÚLTIMO DESENCUENTRO

La elección del senador ha sido el último de los desencuentros del grupo de En Marea, que ha vivido al borde de la ruptura desde marzo del pasado año cuando el episodio de la diputada Paula Quinteiro agrandó las diferencias entre los dos bloques que convivían en la Cámara gallega: los afines a Villares (tres más el portavoz) y el resto, miembros de Podemos, EU y Anova que respaldaron la continuidad de Quinteiro cuando la dirección política de En Marea pedía su marcha.

A ello ha hecho referencia también el portavoz orgánico de En Marea, que ha afirmado que Quinteiro «fue amparada única y exclusivamente por tener el carné de Podemos». Asimismo, Villares ha repasado los desencuentros entre su dirección y el sector crítico que, tras las polémicas primarias de diciembre de 2018, terminó por abandonar el partido instrumental.

«Guardamos silencio y aguantamos lo que teníamos que aguantar mientras otros se dedicaban a dinamitar el proyecto común. En Marea no es propiedad de Podemos ni de otra fuerza política. No nos resignamos a dejarnos devorar», ha aseverado.

Por último, y a preguntas de los medios, Villares ha confesado que solo había comunicado su decisión a «algunos» de sus hasta ahora compañeros y que el histórico dirigente nacionalista Xosé Manuel Beiras (uno de los que inició los movimientos para que el magistrado diera el paso a la política en 2016) tampoco estaba al tanto de su marcha al mixto.

Así las cosas, la dirección de En Marea, que encara este verano un proceso interno para su reconfiguración tras los malos resultados obtenidos en generales y municipales, fija la vista en las autonómicas previstas de 2020 porque creen que están «a tiempo de parar la desilusión» y así «disputar la hegemonía al PP en el campo político gallego».

«Todo lo que tenemos que comunicar son nuestras propuestas políticas», ha añadido, para, a continuación, indicar que la articulación de una «alternativa» a la derecha «tiene que ser cooperativa» pero «no solo pensando en Podemos», sino también «en el PSOE y el BNG».