Los en torno a 1.000 trabajadores de la fábrica de Alcoa en Cervo (Lugo), más de 500 de la planta de aluminio y otro medio millar de la de alúmina, están convocados a una huelga indefinida a partir de este domingo día 4 de octubre.
La decisión fue tomada por unanimidad este martes en asamblea, tras el fracaso de las negociaciones entre la empresa y Liberty para vender la factoría y también después de una mesa sin acuerdo entre la multinacional y el comité de empresa, que acusa de «mala fe» en el proceso a la compañía estadounidense.
La plantilla intensifica sus protestas después de varias semanas de movilizaciones con cortes de tráfico en la provincia de Lugo y concentraciones como la de este mismo martes a las puertas de la factoría, donde han quemado neumáticos y un cartel de la empresa.
El comité de empresa de Alcoa en Cervo (Lugo) se ha fijado como que no salga «ni una gota de aluminio de la fábrica». Su presidente, José Antonio Zan, ha informado de que este miércoles mantuvieron la primera reunión para negociar los servicios mínimos.
Desde este martes, el comité instaló sendas carpas a las puertas de las instalaciones y avisó de que permanecerán ahí «las 24 horas del día», con personal del comité y representantes también de las empresas auxiliares.
El objetivo es que la huelga afecte a la salida del producto pero que ni las cubas de electrolisis ni la otra planta paren, para lo que su intención es reducir el personal de la factoría y que lo que se produzca no salga.
Este sábado hicieron público un comunicado en el que censuran el calendario impuesto «unilateralmente» por parte de la empresa, prolongando la jornada intensiva hasta el 31 de diciembre, y la apertura del comedor en tres fase, pero sin determinar los criterios y el arranque de estas.
El comité de empresa denuncia que ambas medidas son «una demostración más de mala fe», al dejar en evidencia que tenían previsto cerrar la planta a finales de julio y no contaban que se llegara a la fecha con la fábrica en producción.