El amor es algo que nos resulta casi inexplicable. Nos alegra, nos sentimos bien con nosotros mismos, nos ayuda a abrirnos, a compartir experiencias y a sentirnos queridos. De repente, sentimos cómo compartimos nuestra vida con otra persona. Y es que son muchas las bondades de tener pareja y no solo para alegrar nuestra alma.
Los efectos que tiene el amor en nosotros no solo son invisibles. Existe otra parte que es mucho más tangible a nivel físico. De hecho, amar puede llegar a ser mucho más potente que un analgésico y prescrito como tal. Quién quiere tomarse un Paracetamol pudiendo tener al amor de su vida siempre al lado. Su capacidad terapéutica es digna de estudio.
Si quieres saber todos sus beneficios, descubre por qué tu pareja es mejor que tomarte un Paracetamol.
Efectos terapéuticos de tener pareja demostrados
El poder del amor podríamos decir que es infinito. Y es que no hay nada más que ver cómo lucen las parejas enamoradas para saber que esto tiene efectos inmediatos. Ahora, no solo lo tenemos comprobado por observación. Un estudio realizado por el Centro Médico de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, ha conseguido demostrar sus efectos terapéuticos.
Si nos centramos en el estudio, este consistió en aplicar un estimulador térmico a un total de 15 personas. El objetivo era provocarles un pequeño dolor en la mano. Después de un tiempo, se les decidió mostrar una fotografía en la que aparecía su pareja. Por otra parte, también tuvieron la oportunidad de ver a un conocido igual de atractivo que su media naranja.
Ambas imágenes eran parecidas, pero no tuvieron los mismos efectos en los enfermos. Con solo ver la imagen de la persona que amaban, se reducían los impulsos dolorosos en las personas registrados en su sistema nervioso central. Esto demostraba, a nivel científico, que el hecho de estar enamorados nos puede ayudar a mitigar el dolor, no solo emocional, sino también el físico. Y es que el amor no solo nos hace vulnerables, sino también más fuertes.
Efecto más intenso cuando encontramos el amor
A raíz de ese estudio, se han querido comprobar los efectos añadiendo más elementos a la ecuación. Así, se realizó otro experimento aún más reciente que ha podido comprobar que el efecto anteriormente descrito es mucho mayor si existe un contacto físico con la pareja en el momento que sentimos dolor. La otra persona nos puede ayudar y mucho, aún sin saberlo, a recuperar nuestra calma.
Han sido varios los investigadores que se han interesado por el tema. Entre ellos, destacan los de las universidades de Haifa, en Israel, y en Colorado Boulder, en Estados Unidos. Estos se dedicaron a investigar a un total de 32 parejas que, en el momento del estudio, se encontraban en una relación duradera y estable.
En primer lugar, quisieron hacer una monitorización por separado. Cada uno mostraba un ritmo cardíaco y respiratorio distinto. Una vez que se juntaban, ambos tenían una tendencia clara a sincronizarse. Así, se volvía a demostrar que estar al lado de nuestra pareja nos calma y nos ayuda a tranquilizarnos. Esto puede tener muy buenos efectos tanto a nivel psicológico como físico, pues mantenemos niveles mucho más estables.
El fenómeno de los espejos biológicos
Lo que hemos explicado en el apartado anterior es uno de los fenómenos más estudiados. Se conoce como sincronización interpersonal. Se trata de un fenómeno a través del que convertimos a las personas con las que sentimos una conexión especial, con las que nos sentimos unidos, en una especie de espejo biológico.
Esta suerte de empatía física es la que nos lleva a calmarnos, reduciendo nuestras pulsaciones si la otra persona lo hace o alterándonos en el caso de que nuestra pareja se agite. Los efectos que tiene la otra persona sobre nosotros son poderosos. Cuando estamos enamorados, esto no solo ayuda a mantener nuestra alma en paz, también nuestro organismo a nivel físico.
El experimento tuvo una segunda parte. Continuó con unos estimuladores de calor que se aplicaron al brazo de uno de los miembros que conformaban la pareja. Cada vez que sentían una punzada de dolor, esta sincronía se veía alterada. Sin embargo, se pudo demostrar que solo bastaba con que ambos se cogieran de la mano para que el equilibrio volviera a restaurarse. Es decir, se conseguía alivio con tan solo sentir el roce de la mano de la otra persona. Lejos de querer Paracetamol, el mejor analgésico para las personas investigadas era tener al lado al amor de su vida. Aunque parezca algo demasiado romántico, es solo ciencia.
La ciencia a favor de tener pareja
Si volvemos al estudio de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, encontramos la opinión de uno de los científicos más importantes. Sean Meackey es el responsable del mismo y, según sus propias palabras, la analgesia que se induce a través del amor está directamente asociada a los centros de recompensa del cerebro. Esto parece implicar algunos aspectos neurológicos primitivos que activan unas profundas estructuras que bloquean el dolor a nivel espinal. Es decir, es algo muy similar a la forma en la que funcionan los analgésicos opioides.
Algún ejemplo que podemos encontrar en la vida real es el del momento en el que la mujer coge la mano de su pareja durante el parto. También aquel en el que la madre acaricia la frente de su hijo si le duele la tripa o cualquier otra parte del cuerpo. En ese momento, se establece una fuerte conexión a nivel psicológico que obliga a nuestro cerebro a producir algunas sustancias que nos proporcionan consuelo y alivio.
En conclusión, cuando nos sentimos mal, tanto a nivel psicológico como físico, lo primero que tenemos que desechar es la idea de tomar un Paracetamol. Podemos formar parte de estos experimentos y refugiarnos en el amor de nuestra pareja. Gracias a la empatía emocional y la sincronización, conseguiremos calmarnos y sentirnos acogidos y protegidos. ¿Quién prefiere medicamentos antes que pasar un agradable rato junto a la persona que ama?
