El 29% de los Objetivos de Desarrollo se han visto impactados «muy negativamente» por la crisis del coronavirus, como el del fin de la pobreza, hambre cero y reducción de desigualdades, y el 47% se han visto impactados «negativamente», como el de educación de calidad o el de igualdad de género.
Así lo refleja el informe anual de Forética ‘El momento de la transformación necesaria – Agenda 2030 como guía para la recuperación global’, en el que aborda el nivel de impacto de la Covid-19 en cada meta definida en los 17 ODS y analiza cómo esta crisis, en el caso concreto de España, ha acrecentado ciertas brechas y ha generado nuevos retos.
Para el director general de Forética, Germán Granda, en el inicio de la llamada ‘Década de la Acción’, la pandemia «ha puesto al mundo ante una crisis sin precedentes que supone un shock sanitario, económico, social y político que evidencia la conexión perfecta de todos los retos que representan los ODS y la vulnerabilidad del sistema, como un castillo de naipes que pierde su equilibrio».
En sus palabras, las estimaciones actuales muestran que el coronavirus ha tenido un impacto «muy negativo» en casi todos los ODS y en todas las regiones del mundo, incluidos los países con mayores índices de desarrollo.
Esta crisis, según ha señalado Granda, puede dar lugar a que decenas de millones de personas «se encuentren en una situación de pobreza extrema y hambre».
«Ante este contexto, sí se ha manifestado una respuesta positiva por parte de los mercados, que han reaccionado con un boom en emisiones de bonos sociales -que habían quedado rezagados frente a bonos verdes-, pero que la pandemia ha hecho que vuelvan con fuerza», ha apuntado.
El estudio refleja que todavía hay algunos ODS para los que el efecto de esta crisis «no está tan claro», sobre todo aquellos vinculados con la sostenibilidad ambiental, como el ODS 12 -producción y consumo responsable- o el ODS 13, de acción climática.
Según Naciones Unidas, las emisiones globales de CO2 podrían reducirse un 6% durante la pandemia, aunque las concentraciones de dióxido de carbono alcanzaron un nivel «nunca visto» para la temporada en mayo, que a su vez fue el más cálido de la historia, según la Organización Meteorológica Mundial.
Así, la leve reducción de la huella ambiental, en general, ha sido «más un efecto por omisión que por acción, ya que la reducción de las emisiones, la contaminación del aire, el consumo, o el impacto en los ecosistemas se ha reducido por la caída de la actividad económica, y no por un cambio de paradigma en el modelo de crecimiento».
En este sentido, Granda ha resaltado que es «esencial» que se protejan los éxitos alcanzados hasta hoy y que «se apueste por una recuperación transformadora, que reduzca el riesgo e incremente la resiliencia ante futuras crisis, buscando un desarrollo inclusivo que proteja y conserve el medio ambiente».
Según el ‘Sustainable Development Report 2020’, España se sitúa en el puesto nº 22 entre los 166 países que recoge el índice global de desarrollo sostenible. Con una puntuación de 78.1 sobre 100, se posiciona por encima de la media de los países de la OCDE.
La radiografía del estado de los ODS en España, con indicadores anteriores a la crisis Covid-19, ofrece avances positivos en los ODS 3 de salud y bienestar, ODS 6 agua limpia y saneamiento, ODS 8 trabajo decente y ODS 16 de Paz Justicia e Instituciones Sólidas.
No obstante, el estudio apunta todavía existen «importantes retos» para lograr la consecución de todos los objetivos y que, de acuerdo con las tendencias actuales, no será posibles alcanzarlos en 2030, unas conclusiones que ya se advertían en informes de años anteriores.
En concreto, el informe destaca los malos resultados del ODS 2 -hambre cero- debido, entre otros factores, a los elevados niveles de obesidad que persisten entre la población española y al aumentode las desigualdades socio-económicas; o del ODS 13 -acción climática-, donde los indicadores recopilados muestran que se necesitan mayores esfuerzos en cuanto a la reducción de las emisiones de CO2 y la protección de la biodiversidad.
Como presenta el informe ‘Macrotendencias & Disrupciones 2020-2030’ de Forética, España es un país «muy vulnerable» al cambio climático y a sus implicaciones socio-económicas. De hecho, es uno de los países «más vulnerables» al estrés hídrico por su situación geográfica.
Además, asegura que hay sectores económicos, como el agroalimentario o el turístico, con un especial riesgo por el aumento continuado de las temperaturas (ODS 13, ODS 14). Por otro lado, existen factores como la brecha entre el mundo rural y el urbano o la precariedad del mercado laboral que profundizan desigualdades ya existentes y que enfatizan esas macrotendencias (ODS 8, ODS 10).
«Este contexto no hará más que agravarse, si consideramos el avance de la evolución de la economía, que ha sufrido una caída de un 22,1% en el segundo trimestre del año según muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística», aseguran desde Forética.