El director de la Dirección Editorial del Dicasterio para la Comunicación, Andrea Tornielli, ha defendido en una nota de opinión publicada en Vatican News los «resultados positivos» del acuerdo con China para nombrar obispos al tiempo que ha confirmado su renovación por otros dos años, hasta 2022.
«Los dos primeros años han traído nuevos nombramientos episcopales con el acuerdo de Roma y algunos obispos fueron reconocidos oficialmente por el gobierno de Pekín. Los resultados –también a causa de la pandemia que, de hecho, ha bloqueado los contactos en los últimos meses– han sido positivos, aunque limitados, y sugieren seguir adelante con la aplicación del Acuerdo durante otro período», ha señalado Tornielli.
El acuerdo entre el Vaticano y China para definir una hoja de ruta en la cuestión de la designación de obispos, uno de los temas más espinosos que dificultan el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos Estados rotas desde hace casi 70 años, expiraba el 22 de octubre próximo. Con esta decisión se confirma su vigencia para otros dos años.
En el primer comunicado, publicado conjuntamente por la Santa Sede y el gobierno chino el 22 de septiembre de 2018, se especificó que la materia propia del acuerdo no se refería directamente a las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y China, ni al estatuto jurídico de la Iglesia Católica china, ni a las relaciones entre el clero y las autoridades del país, sino exclusivamente al proceso de nombramiento de obispos.
Tornielli ha subrayado que se trata de «una cuestión esencial para la vida de la Iglesia y para la comunión de los pastores de la Iglesia Católica China con el obispo de Roma y los obispos del mundo». «El objetivo del Acuerdo Provisional nunca ha sido meramente diplomático y menos aún político, sino que siempre ha sido genuinamente pastoral: su finalidad es permitir que los fieles católicos tengan obispos que estén en plena comunión con el Sucesor de Pedro y que, al mismo tiempo, sean reconocidos por las autoridades de la República Popular China», ha señalado.
De este modo ha considerado que las intervenciones de las estructuras políticas en la vida interna de las comunidades católicas habían provocadre»la aparición del fenómeno de las llamadas comunidades clandestinas», que trataban de escapar al control de la política religiosa del gobierno.
Y a este respecto ha añadido: «Consciente de las heridas de la comunión de la Iglesia causadas por las debilidades y los errores, pero también por la indebida presión externa sobre las personas, el Papa Francisco, después de años de largas negociaciones iniciadas y llevadas a cabo por sus predecesores, restableció la plena comunión con los obispos chinos ordenados sin mandato pontificio. Una decisión tomada después de reflexionar, rezar y examinar cada situación personal».
Tornielli también ha insistido en que el «único propósito» del acuerdo con China es «sostener y promover el anuncio del Evangelio, así como el de alcanzar y mantener la plena y visible unidad de la comunidad católica en China».
Por su parte, el secretario de Estado, el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, explicó recientemente que la intención de la Santa Sede es proponer una prórroga a las autoridades chinas, continuando la adopción del Acuerdo en forma provisional, «como se ha hecho en estos dos primeros años, a fin de verificar posteriormente su utilidad para la Iglesia en China».
A pesar de la lentitud y las dificultades, agravadas en los últimos diez meses por la pandemia, Parolin dijo: «me parece que se ha marcado una dirección que vale la pena continuar, luego ya veremos».