La polémica se ha abalanzado sobre Dunlop, el fabricante británico que repartió gorras independentistas a los tres motoristas que subieron al podio de Moto 3 debido a un «error de impresión». La firma de neumáticos y pelotas de tenis se mantiene opaca respecto al suceso, aunque un responsable de Dunlop Service ha explicado a Moncloa.com que el diseño de estas gorras podría responder más a una «opción personal del motorista» que de la propia empresa.
Así lo explican desde Dunlop, asegurando que la empresa es totalmente «apolítica». De esta forma las fuentes contactadas aclaran que suena imposible que la compañía hubiese diseñado las polémicas gorras a conciencia. Dunlop «no se mete» en política, inciden.
Es por ello por lo que deslizan que tal vez el diseño personalizado haya sido causado o solicitado por parte de los pilotos. O eso o una controvertida confusión entre la inconstitucional estelada y la bandera oficial.
En concreto, los tres profesionales que alcanzaron el podio en esta carrera del GP Cataluña fueron, en primera posición, el italiano Tony Arbolino (Honda), en segundo lugar el español Raúl Fernández (KTM) y en tercer puesto el hispano-argentino Gabriel Rodrigo (Honda). Paralelamente, fuentes de MotoGP indican a Moncloa.com que los pilotos no suelen involucrarse en el diseño de estas prendas, contradiciendo por tanto lo dicho por fuentes de Dunlop.
Así, la marca de neumáticos trata de desentenderse de lo sucedido, anécdota que además coincide temporalmente con la inhabilitación definitiva de Quim Torra, expresidente de la Generalitat, por parte del Tribunal Supremo. La firma británica explicó en redes que el error fue solventado en cuestión de minutos, sustituyendo las gorras que incluían este «error de impresión» debido al cual llevaban una bandera estelada impresa en uno de los lados.
¿BOICOT A DUNLOP?
En Twitter, decenas de usuarios han valorado ya la anécdota, muchos asegurando que no comprarán más productos de la marca. Un aire de boicot que recuerda al acontecido en otras ocasiones con diferentes marcas, como la famosa distribuidora de helados Frigo, que también se vio inmersa en la polémica hace unos meses debido a los idiomas de su cartelería en Cataluña.