Ada Colau afrontará una complicada legislatura al frente de la alcaldía de Barcelona. Tras largos diálogos e incluso lágrimas para ser investida, ahora ni siquiera goza de una mayoría absoluta. La ruptura de Ciudadanos con Valls se ha acrecentado con la fuga de Corbacho, que ha escogido a la formación naranja y ha dejado tirado a a Valls. De esta forma, Colau ha perdido en los últimos días cuatro concejales, que dejan sus hipotéticos apoyos en 20, con la mayoría absoluta en 21.
CORBACHO APUESTA POR CIUDADANOS
La decisión del que fuera ministro socialista parece ir encaminada hacia la representación que sí tiene Ciudadanos en la Diputación de Barcelona, la misma que él presidió entre 2004 y 2008 y de la que Valls se quedaría fuera. Corbacho mantendrá este mismo martes una reunión con el partido de Rivera, que podría suponer un vuelco a la actual estructura del grupo en el Ayuntamiento de Barcelona.
De momento, según ha comentado esta misma mañana Carrizosa, la número dos Mariluz Guilarte será la presidenta y el edil Paco Serra el portavoz. A esta hora se desconoce si la valentía de Corbacho será premiada con alguno de estos dos puestos. Lo que evidencia aún más esta fuga es la ruptura total e insalvable de Valls con Ciudadanos tras facilitar éste sus votos para investir a Colau.
Esta decisión, adoptada por Rivera, ha sido defendida por Ciudadanos por enésima vez en las últimas 24 horas. A pesar de que el objetivo de Valls era evitar un gobierno de independentistas con ERC al frente, la formación naranja sostiene que Colau también se ha declarado en muchas ocasiones a favor del separatismo. Lo cierto es que la alcaldesa puso un lazo amarillo en el Ayuntamiento en su primer día al mando, que ha provocado las protestas de los partidos constitucionalistas.
COLAU, ANTE UNA LEGISLATURA COMPLICADA
La alcaldesa de Barcelona no ha pasado unos meses fáciles. Su reelección ha sido más complicada de lo esperado, tras unas elecciones en las que su partido obtuvo un resultado similar al de ERC. La formación independentista buscó un apoyo mutuo, pero Colau mostró su rechazo, a la par que su predisposición a gobernar. Este rechazo propició los insultos que han castigado a Colau, que afirmó haber meditado su cese.
Colau admitió no sentirse excesivamente cómoda con el apoyo del PSC y Ciudadanos, pero aceptó ser investida con su apoyo. 21 escaños, los justos y necesarios para una mayoría absoluta de la que ahora no gozará. La ruptura de la formación naranja le restó tres y ahora, la fuga de Corbacho, le quita otro más. Sin el apoyo mayoritario, la alcaldesa de Barcelona tendrá que apoyarse en diferentes partidos para según qué medidas. Una legislatura que se antoja complicada.