La inexperiencia política de Vox le ha jugado una mala pasada. El partido de ultraderecha reclama que se cumpla el acuerdo que firmaron la madrugada del viernes al sábado por el que aseguran que “entrarían en las concejalías de gobierno” del consistorio de la capital. Pero la realidad es que, a priori, se han quedado fuera.
La clave del asunto parece estar en la ambigüedad de las palabras “concejalías de gobierno”. Fuentes populares aseguran que el acuerdo que firmaron con Vox incluía este término, pero que no implica que vayan a obtener carteras dentro del consistorio. “La expresión concejalías de gobierno recoge también a los concejales de distrito y no solo se refiere a formar parte de la Junta”, apostillan.
Las mismas fuentes creen que esta situación se ha propiciado por “la falta de trayectoria política” del partido, nuevos en este tipo de actuaciones. El otro factor determinante ha sido “la posible astucia de José Luis Martínez-Almeida” que, aprovechando su experiencia en estos temas, decidió no aclarar el término para que siguieran adelante las negociaciones.
Lo cierto es que los populares siempre habían abogado por adoptar esta fórmula de gobierno en Madrid. Es decir, que Vox se conformara con concejalías de distritos y con estar al frente de alguna de las empresas públicas que gestiona el Ayuntamiento. Esta decisión creían que contentaría a todas las partes.
Por un lado, Ciudadanos, “que pone dificultades con Vox”, estaría tranquilo porque su representación sería menos determinante y les permitiría seguir evitando sentarse con ellos. Mientras que por otro lado, los populares creyeron que Vox, que está empezando a despegar, se conformaría con cualquier puesto. Pero la realidad no ha sido así y ahora tienen que reformular las condiciones con el partido de extrema derecha si quieren sostener la gobernabilidad.
EN JUEGO EL FUTURO DE LA ASAMBLEA DE MADRID
El júbilo de la derecha por haber logrado la alcaldía de Madrid ha sido muy efímero. La guerra de Vox con sus aliados PP y Ciudadanos estalló después de que el boletín oficial del Ayuntamiento madrileño publicara el reparto de carteras del consistorio en las que no aparecía Vox. Martínez-Almeida disponía de un plazo de 20 días para anunciar esta asignación pero no tardó ni 48 horas.
La respuesta del partido de ultraderecha no se hizo de esperar. La candidata de Vox a la Comunidad, Rocío Monasterio, daba por cerradas las negociaciones con el PP y cancelaba la reunión que tenía con ellos para acordar el futuro autonómico. Un revés que ya adelantó el portavoz parlamentario del partido, Iván Espinosa de los Monteros, quien aseguró a MONCLOA.COM que PP y Cs se tenían que “atener a las consecuencias” si decidían no respetar lo acordado.
El recién estrenado alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, ha insistido en que no ha habido “ningún incumplimiento por su parte” y ha pedido a Vox que estos desencuentros “no pesen sobre las negociaciones” autonómicas, porque “lo que pase en el Ayuntamiento y lo que ocurra en la Comunidad de Madrid son dos cosas distintas”. También ha apelado a la responsabilidad para que se pueda “garantizar un Gobierno de centro-derecha”.
Fuentes del PP creen que esta postura va ser, principalmente, perjudicial para Vox. “Es una jugada muy infantil por su parte, nadie entiende que sean los aguafiestas de esta victoria electoral”, apuntan. Los populares insisten en que Vox tiene que aceptar cuál es su postura en este entramado. Añaden, además, que “están gestionando mal su posición, si lo hicieran bien les podría beneficiar en el futuro, pero no están teniendo una imagen simpática.”
En el Partido Popular reconocen que la derecha “es conservadora” y por ende no aguanta “líos ni berrinches fuera de tiempo”. Con esta premisa advierte a Vox de que “si cometen el error suicida de no formar gobierno en Madrid, les pasará factura” en las urnas. “Si dificultan la formación del ejecutivo, podrían desaparecer”, sentencian esas fuentes populares.
VOX, LA PIEZA CLAVE DEL TRIPARTITO
Desde el PP reconocen que Vox es una pieza clave en las negociaciones de varios ayuntamientos y por eso quieren que no se precipite en sus decisiones. La fórmula del tripartito se ha extendido a varios consistorios a nivel local y podría repetirse a nivel comunitario, ya que las negociaciones autonómicas aún continúan abiertas.
Y el caso madrileño podría servir como precedente para el futuro. Por ejemplo, todavía no se ha decidido el gobierno de la región de Murcia, donde la fórmula a tres parecía la más probable. También puede que esta situación afecte a las decisiones que se han tomado en Andalucía, donde Vox ya ha presionado con su amago de rechazo a los presupuestos. La misma situación también se da en otros consistorios como el de Teruel, Huesca, Alicante, Zaragoza o Granada.