La vicepresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, ha presentado este jueves a la ministra del ramo, Irene Montero, la ampliación a partir de 2021 de las cuantías de la renta valenciana de inclusión para mujeres prostituidas y víctimas de explotación sexual hasta su equiparación con el salario mínimo, unos 320 euros más.
En una reunión por videoconferencia, Oltra ha explicado la medida que anunció este miércoles con motivo del día internacional contra la explotación sexual y la trata de personas.
El objetivo es que las mujeres prostituidas puedan salir de la prostitución a través de un itinerario y de una prestación más elevada cuando pidan la renta de inclusión. «Queremos trabajar con ellas en un proyecto de vida independiente, alternativo y digno que cualquier mujer se merece», ha defendido la titular de Políticas Inclusivas en declaraciones a los medios.
Bajo este prisma, ha trasladado a la ministra la línea de la Generalitat de lucha contra las violencias machistas, «no solo la violencia de género», sino todas las que recoge el Convenio de Estambul: agresiones sexuales, explotación sexual o prostitución como forma de ejercer la violencia contra las mujeres.
Oltra ha destacado las más de 9.000 mujeres asistidas en los Centros Mujer 24 horas de la Comunitat Valenciana durante 2020, así como las 6.000 atenciones en los Centros Mujer Rural de carácter itinerante, ya que los trabajadores se desplazan donde están las víctimas de violencia machista.
MÁS PRESTIGIO PARA LAS QUE CUIDAN
Otro de los ejes que ha presentado a la ministra es la necesidad de abordar el papel y la consideración de los cuidados en la sociedad, después de que «las personas que cuidan de personas se hayan revelado como imprescindibles en la pandemia».
Son mayoritariamente mujeres y «generan toda una economía: criar, cuidar y curar». «Se puede parar el mundo, pero nunca dejamos de cuidar», ha exclamado Oltra con la intención de ponerlo en valor y en el centro de la vida y la economía, «no de manera periférica».
Por contra, ha lamentado que la mayor parte de estos trabajos que realizan las mujeres «no tienen ni la remuneración ni el prestigio cuando son esenciales, mientras otras cosas que son accesorias tienen más consideración».