El portavoz de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso, Gabriel Rufián, ha señalado que no ve posible que el Ejecutivo central pueda sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2021 con los votos de ERC y Cs y ha condicionado el apoyo de su formación a la convocatoria previa de la mesa de diálogo de Cataluña.
En declaraciones a Radio Euskadi, el representante catalán ha analizado así las negociaciones presupuestarias en el Estado de cara a la aprobación de las Cuentas de 2021.
Tras afirmar que en el pasado fue el propio Gobierno central, «en este caso el PSOE quien se autovetó y tenía pocas ganas de aprobar los presupuestos» con ERC, Rufián ha considerado que, en la actualidad, «el escenario cambia» y «la otra parte del Ejecutivo, Unidas Podemos, nos puede ayudar a que el PSOE se atornille en la mesa de diálogo y negociación».
No obstante, ha reconocido que no ve posible que el Ejecutivo pueda aprobar las cuentas contando con el apoyo de ERC y Cs. «Entendemos esta especie de ola de terraplanismo ideológico. Que conceptos como la unidad son potentes en política, pero se sabe que en sanidad, educación e igualdad no es lo mismo pactar con Cs, un partido de derechas, que con ERC un partido progresista», ha incidido.
Por ello, ha asegurado que es algo «bastante incompatible» por lo que solo quedan «dos vías» para el Gobierno liderado con Pedro Sánchez: «Pactar con nosotros o con Cs».
Respecto a qué reclama ERC para alcanzar un acuerdo, Rufián ha advertido que desde el Ejecutivo se les pide un «segundo acuerdo, los presupuestos, pero para pedir esto hay que cumplir el primero, que es la mesa de diálogo pactada» para Cataluña. «Si esto se cumple podemos hablar de un segundo acuerdo», ha argumentado.
Respecto a la posibilidad de que se lleve a cabo una reforma del Código Penal para rebajar las penas de los delitos de sedición, Rufián ha valorado que «el diálogo siempre da frutos, pero tenemos a nuestros compañeros en una celda y en el exilio».
«Entendemos que es una propuesta del PSOE o de Unidas Podemos, pero no es la nuestra que pasa por la amnistía. Por limpiar el tablero y hacer un ‘reset’, tal y como se hizo hace 40 años con asesinos y fascistas, y luego hacer un referéndum», ha añadido.
Por último, ha considerado que sería un mal negocio que esta posible reforma fuera «para ampliar tipos y reducir penas», ya que con ello «condenaríamos a las siguientes generaciones de independentistas».