Al menos once niños y niñas han muerto por causas violentas en lo que va de 2020, según los últimos datos recogidos por la ONG de infancia Save The Children.
Los últimos casos son los de una menor de 4 años que ha sido asesinada presuntamente por su padre en Zaragoza este lunes por la noche y el de un bebé en Castellón que ha fallecido este martes después de recibir una paliza de su padre.
«Estamos completamente consternados, es una tragedia intolerable, necesitamos medidas urgentes ya, la violencia contra la infancia no son casos aislados, es un problema social», ha subrayado en declaraciones a Europa Press la experta en prevención de la violencia contra la infancia de Save the Children, Cristina Sanjuan.
Según ha precisado, hace falta una «respuesta inmediata» y, en este sentido, ha indicado que la Ley orgánica de protección a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia es «una oportunidad» para hacer frente a esta realidad.
Sanjuan ha enfatizado que la infancia «tiene derecho a ser protegida» y «hay que garantizar que los entornos familiares son seguros». Para ello, ha apostado por la «prevención» desde edades tempranas y por ofrecer herramientas para una «crianza positiva», acompañando a las familias en el proceso.