Fue el impulsor del carnet por puntos y uno de los directores de la DGT que más ha reducido la mortalidad en la carretera. Tras unos años alejado de los focos, Pere Navarro volvió en 2018 a coger las riendas de la Dirección General de Tráfico. Y desde entonces, hay menos muertos en la carretera. Pero queda mucho por hacer. Tras esta interrupción electoral, Navarro quiere retomar el trabajo e implementar nuevas medidas para lograr su objetivo: cero muertes en las carreteras.
—El balance de 2018 muestra que la mortalidad en la carretera ha descendido por primera vez en cuatro años. ¿A qué se debe este descenso?
Durante unos años ha estado plano. Creo que los recortes se hicieron notar. Había como 900 guardias civiles de tráfico menos. Como un millón de controles de alcoholemia menos. Y tampoco se había tomado ninguna medida que incidiera directamente en la seguridad vial. Con la llegada del nuevo equipo, han llegado los cambios. Hemos generado debate y estamos tomando medidas. Si se persevera a lo largo del tiempo, los resultados vienen.
—Con la crisis, los fondos destinados para el mantenimiento de las carreteras quedaron bajo mínimos. ¿Ha influido esto en la seguridad vial?
Todo suma, pero nada es determinante. Cuando estaba el PP, yo escuchaba de vez en cuando que el número de accidentes era mayor porque había más desplazamientos. Durante muchos años, cada año había más desplazamientos y bajaban los accidentes, por lo que no me sirve como excusa.
También he oído que los accidentes venían porque los conductores no renovaban el parque de vehículos. Y si no se ha renovado, primero, no es porque la gente no quiera, es porque no puede. Y tampoco estamos en una situación de que la gente se quede con el volante en la manos. Respecto a las carreteras, no tenemos evidencias científicas de que los accidentes se produzcan más a menudo por un socavón o cosas así.
—El primer cuatrimestre de 2019 han muerto 325 personas. Aunque sean siete menos que en el mismo periodo del año anterior, queda mucho por mejorar. ¿Qué medidas cree que urge aplicar?
Esto son muertes violentas. Estas cifras son un disparate. Son un goteo, cada día hay tres o cuatro fallecidos. Tengo la sensación de que en este tema de vez en cuando nos dormimos. Y hay que dar una campanada para despertar a la gente para que se vea la magnitud de la tragedia. De aquí a unos años, cuando vean que convivimos con estas cifras dirán que esto era un disparate. Que cómo lo pudimos consentir. Y tendrán razón.
La hoja de ruta que tenemos es: primero, los accidentes se dan en las carreteras convencionales; por tanto, bajaremos de 100 a 90 kilómetros por hora la velocidad máxima en este tipo de vías. Además, en Europa todo el mundo está a 90 (y algunos a 80). Pero con bajar la velocidad no es suficiente. Luego hay que hacer que se cumpla. Y esto va de radares. Vamos a colocar más radares en las carreteras.
—¿Cuántos radares más?
Lo diré cuando presentemos la operación verano. Te respondo de otra manera: Reino Unido 8.000 radares, Francia 4.000 y España 1.000.
—¿Está de acuerdo con que los coches implementen un sistema de control de velocidad inteligente?
Es un disparate comprarse coches que vayan a más de 200 kilómetros por hora. Porque ir a más de 200 es delito. Es decir, si te compras un coche que circule a esa velocidad puedes acabar o matando a alguien o matándote tú o en la cárcel. Me sigue sorprendiendo que la gente compre estos coches. Podría entenderlo en el Golfo Pérsico, pero me cuesta creer que lo hagan en Europa. Además, si te compras un Ferrari, te lo van a rayar…
Volvo ya ha anunciado que sus coches no irán a más de 180 kilómetros por hora. Y además estamos entrando en el ADAS, los sistemas de seguridad complementarios al automóvil. Y estos te permitirán ir hasta 20 kilómetros por hora más, pero no sobrepasarlo en exceso.
—El uso del teléfono móvil al volante es una de las principales causas de los accidentes. ¿Qué medidas tomarán para impedirlo?
La convocatoria electoral nos ha roto un poco el ritmo. Pero tenemos una ley a la espera de presentarse al Congreso que, entre otras muchas cosas, actualiza el permiso por puntos. Se perderán seis puntos si se usa el teléfono al conducir. Es el principal problema y tiene que tener reflejo en la normativa.
Hay que informar mucho, concienciar, vigilar y controlar. Ruido hemos hecho. Todos saben que utilizar el Whatsapp mientras se conduce está mal. Pero para penalizarlo, la policía de tráfico te debe ver. Estamos desarrollando cámaras (que empezaron para ver si se usaba el cinturón) que en estos momentos tienen el detalle suficiente como para ver si se usa el móvil. También tenemos vehículos camuflados y furgonetas, que al ser más altas, se ve mejor si se está utilizando el móvil.
—¿Cree que 120 kilómetros por hora es una velocidad máxima aceptable?
Es la media europea. No encontrarás una sanción a 121. Nosotros somos latinos, sancionamos a partir de 131. A veces aparece el debate, pero estamos cómodos. Creo que está bien. Dinamarca se atrevió a subirla y le contaminó todas las otras carreteras. Y le aumentaron los accidentes y los fallecidos de forma sensible.
—Cada vez hay más ciclistas y usuarios que usan los patinetes eléctricos. ¿Cómo se va a regular el tráfico con estos nuevos conductores?
Hay dos tipos de ciclistas: el urbano y el interurbano. Para adelantar al interurbano, hay que respetar el metro y medio de distancia de seguridad. Pero tenemos un debate abierto: nos gusta la idea de que cuando se vea a un ciclista haya que frenar, mirar y adelantar. Por lo que igual proponemos que para adelantar al ciclista haya que hacerlo 20 kilómetros por hora por debajo del límite de la carretera. Ahora se puede adelantar a la velocidad máxima de la carretera.
En ciudad está cambiando todo. Es importante tener en cuenta que los que fallecen en ciudad son los vulnerables (más del 80%): peatones, ciclistas o motoristas. Hay que centrarse en ellos. También tenemos claro que la movilidad es importante. Queremos calmar el tráfico. Hacer las ciudades más humanas, más razonables, más habitables. Vamos a una movilidad más tranquila. Ahora veremos como entran con fuerza los desplazamientos a pie. Hay gente mayor, y la gente mayor camina mucho. Van a imponer que el desplazamiento a pie sea una prioridad.
—¿Qué le parece que quieran revertir Madrid Central?
Al centro de Londres o de Nueva York, a nadie se le ocurre ir en coche. Madrid se ha transformado en una gran ciudad. Y como tal, hay que tomar estas medidas. Creo que está en la línea de toda Europa. Si tuviera que decir qué error ha cometido el Ayuntamiento de Madrid es haber implementado la medida a seis meses de las elecciones. Esto se hace al principio del mandato. Así cuando llegan las elecciones, todo el mundo lo ve claro. Sin embargo, ahora les ha coincidido en pleno debate. Pero no se puede tirar atrás. Haríamos el ridículo en toda Europa.
—Los diésel tienen cada vez más restricciones. Pagan más por aparcar en las zonas verdes y azules, se pretende imponer un impuesto a este tipo de combustible y se les limita la circulación por los núcleos urbanos. ¿Está de acuerdo con implementar este tipo de medidas?
Los objetivos de emisiones los marca la Unión Europea. Pero la Administración y el sector del automóvil hemos de ir juntos. No podemos entrar en conflicto con este sector ya que es el 10% del PIB y el 12% del empleo. A mí me llama la atención por qué hemos demonizado al diésel. Los de última generación van con la etiqueta C o B. Hemos demonizado al diésel. Es verdad que antes era muy contaminante pero ahora no.
Además, nunca hemos cumplido los objetivos de emisiones de CO2. Es una asignatura pendiente que tenemos. Pero España es un país pasional. Y veo el riesgo de que pasemos de incumplirlo todo a una competición de haber quién es más verde y quién es más limpio.
«El motor se les ha gripado en la reivindicación de los guardarrailes»
—Los moteros tienen una reivindicación histórica: los guardarraíles. ¿Tienen intención de hacer algo a este respecto?
Se aplicó una norma técnica (que nos han copiado de la UE) que decía dónde se debían instalar, por las características del trazado, un guardarrail seguro. Se ha hecho una inversión que las Comunidades Autónomas han aplicado. Tengo la impresión de que una parte del sector se ha quedado clavada. Que el motor se les ha gripado en la reivindicación de los guardarrailes. Y querrían que los 165.000 kilómetros de carreteras se asegurasen. Hay que poner el punto razonable. Y somos los primeros que lo hemos puesto.
—¿Cree que la publicidad de las marcas de automóviles ayuda a la seguridad vial?
Yo creo que hace años la publicidad del coche era la velocidad máxima o los caballos. Yo creo que esto lo hemos superado ya. En estos momentos los accesorios de seguridad es un elemento que se tiene en cuenta. Ya no se compra por velocidad punta o por potencia.
La ley de tráfico tiene un artículo que permite sancionar a la publicidad que vaya contra los valores de la seguridad vial. Hace tiempo que no hemos tenido que abrir un expediente.
—¿Cuál será la primera medida que tomen una vez se forme el nuevo Gobierno?
Limitar a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima en las vías con un solo carril de circulación. Ahora es a 50. Y si a esa velocidad sale un niño, te lo llevas por delante. Es un guiño a la movilidad sostenible.