Cantabria afronta este lunes 7 de septiembre el inicio del curso escolar, el primero de la llamada ‘nueva normalidad’, marcado por el uso obligatorio de mascarillas, la toma de temperatura a alumnos y trabajadores de los centros al principio de cada jornada escolar, grupos estables y otras medidas de prevención, así como un protocolo para gestionar los casos de Covid que se detecten en las aulas y reducir al mínimo la transmisión del virus.
El curso empieza este lunes para Infantil, Primaria y Educación Especial, y el jueves 10 para el resto de etapas. El Gobierno de Cantabria, al contrario que otras comunidades autónomas, no se ha planteado ni retrasar ni escalonar la vuelta a las aulas, ni siquiera en Santoña, localidad donde esta semana se ha impuesto un ‘cordón sanitario’ con duras restricciones de movilidad por la elevada tasa de contagios.
Los directores de los cinco centros de la villa, que inicialmente acordaron aplazar el inicio de curso hasta que finalice el confinamiento, abrirán finalmente los colegios como les ha ordenado la administración regional, pero han apelado al «sentido común» de las familias, que «parece que mayoritariamente» optarán por dejar a sus hijos en casa.
Según la Consejería de Educación, este curso habrá en las aulas cántabras una media de 16 alumnos por clase en Infantil, 18 en Primaria, 23 en ESO y 22 en Bachillerato. A partir de este lunes se incorporarán a las aulas cántabras 90.020 alumnos de enseñanzas no universitarias, 2.743 estudiantes menos que el curso pasado.
Pese a ello, ya hay 293 docentes más (24 de ellos en la concertada) y la previsión es que este número crezca «considerablemente», según la Consejería de Educación, que asegura que «habrá más docentes y se cubrirán las bajas más rápido».
PROTOCOLOS
La ‘Guía de actuación ante la aparición de casos de COVID-19 en centros educativos’, contempla la realización de pruebas a los casos estrechos (un contacto con un positivo) y el establecimiento de cuarentenas de todos los integrantes de los grupos de convivencia estable y, en el resto de grupos, quienes hayan compartido espacio con el caso confirmado a una distancia inferior a dos metros sin haber utilizado mascarilla.
Se permite la celebración de actividades extraescolares y el servicio de madrugadores, tardes en el cole o análogos siempre que no se rompan los grupos estables de convivencia de la jornada lectiva y se cumplan el resto de medidas de prevención. La prioridad de la administración educativa es el mantenimiento de la actividad lectiva presencial en condiciones de seguridad.
La toma de temperatura se establece como «medida complementaria» a la comprobación diaria del estado de salud que se pide a toda la comunidad educativa, y a la que las familias se comprometen a través de la declaración responsable. El único alumnado exento de portar mascarilla son los de las aulas de dos años y los alumnos de tres a seis años (primer y segundo ciclo de Educación Infantil.