La mascarilla forma parte de nuestra rutina y lo normal es ver rostros semicubierto en todas partes. En marzo comenzábamos a verlas de manera habitual y un par de meses después pasaron a ser obligatorias. Ver a alguien sin ella puesta en la calle genera indignación, protestas, malas miradas y supone el riesgo de recibir una multa. Es un elemento de seguridad que bloquea y disminuye la posibilidad de contagios (aunque las teorías conspiranoicas digan lo contrario) y por eso hemos de llevarla en todos los espacios exteriores e interiores, incluyendo los vehículos y, por supuesto, el transporte público.
1¿COMETEMOS ERRORES AL USAR LA MASCARILLA?
También desde hace meses, las autoridades sanitarias nos han estado enseñando cómo debemos utilizarlas para que sean eficaces, como hay que ponérsela y quitársela, cuánto tiempo podemos usarlas, como hay que tirarlas o desinfectarlas. Además nos han repetido las cosas que debemos evitar hacer con la mascarilla para que nos proteja de verdad y no estemos favoreciendo, sin darnos cuenta, la transmisión de los virus, como por ejemplo ponerla en el codo, en la cabeza o en la barbilla. ¿Pero qué pasa cuando vamos en coche? ¿Qué hacemos con ella?