La Iglesia evangélica ha mantenido contactos para intentar comprarle a los obispos católicos alguna de las emisoras de televisión que se encuentran en sus manos. Los protestantes no llegaron a realizar una oferta por 13TV, aunque preguntaron por ella. El interés se concretó más sobre los canales locales de Popular TV.
El sondeo tenía pocas posibilidades de llegar a buen término. Para los responsables de la Iglesia católica significa casi un tabú la posibilidad de dejar en manos de la competencia algo tan estratégico como una cadena de televisión.
La escasa implantación de la Iglesia evangélica en España hace muy difícil que puedan sostener económicamente la compra y los costes de emisoras de televisión. En este caso los fondos provendrían de donativos internacionales, especialmente de Estados Unidos.
Los obispos sostienen el canal Trece (antes 13TV) a pesar de que la cadena de la Conferencia Episcopal cosecha pérdidas ejercicio tras ejercicio. Esto ha traído como consecuencia que los responsables episcopales hayan tenido que realizar inyecciones de capital, algunas de ellas utilizando los recursos de la asignación tributaria para los fines de la Iglesia católica del impuesto sobre la renta.
Precisamente la Conferencia Episcopal acaba de dar a conocer la memoria anual de actividades en la que responde del destino que se ha dado a los fondos de la equis para los fines de la Iglesia católica en el IRPF. Los obispos recibieron por este concepto un total de 264 millones de euros.
Según el citado documento, tras recibir esos 264 millones de euros por el IRPF, la Conferencia Episcopal reparte entre las diócesis la mayoría de los fondos. En el ejercicio 2017, el gasto fue inferior a los ingresos en 15,9 millones de euros. Parte de este superávit se dedicó a Trece TV, concretamente once millones de euros que han aportado a los fondos propios de la empresa.
Con esta cantidad, los obispos pretenden sanear las cuentas de un canal en el que llevan gastados ya más de 80 millones de euros. Los responsables episcopales consideran que esta cifra viene a ser lo que vale un canal de televisión normal. Por lo tanto, creen que esta cantidad no debe ser considerada tanto un gasto como una inversión. En este momento, el valor de la licencia para emitir podría rondar los 33 millones de euros.
RENTABILIZAR EN CINCO AÑOS
En el episcopado tratan de enderezar el rumbo económico de la emisora de televisión con un plan a cinco años en el que esperan rentabilizarla. El plan podría hacer cambiar la forma de considerar dentro de su contabilidad, y también de la liquidación de la asignación tributaria del IRPF, el destino de esos fondos.
Actualmente, la aportación a 13TV es anotada en la liquidación del destino de los fondos del IRPF como un capítulo aparte. Esta liquidación es la justificación que la Conferencia Episcopal presenta al Gobierno sobre el uso de los fondos obtenidos a través de este impuesto.
En la última Memoria Justificativa, los once millones aportados a TreceTV aparecen como unos fondos que provienen del superávit obtenido en la liquidación del presupuesto de la asignación tributaria. Sin embargo, en otras ocasiones los obispos han colocado las aportaciones de capital a este canal de televisión dentro del capítulo de gasto calificado como de «actividades pastorales nacionales».
En cualquier caso, sirva para dar cuenta de lo que significa este montante de 11 millones de euros en los presupuestos de la Iglesia compararlo con lo que la Conferencia Episcopal se gasta en pagar la Seguridad Social de todos los sacerdotes de España: 17,6 millones de euros.
La cantidad dedicada en el ejercicio de 2017 a la televisión también fue superior a los fondos que la Conferencia Episcopal aportó de forma extraordinaria a Cáritas, que ascendió a 6,2 millones de euros en el mismo ejercicio, aunque esta ONG tiene sus propios ingresos a través de las parroquias en las que está insertada.
La Conferencia Episcopal destina la mayor parte de los fondos obtenidos a través de la asignación tributaria del IRPF a las diócesis. Este dinero forma parte de sus ingresos, aunque supone de media un 25% de los que obtienen las diócesis.
Así, por ejemplo, en el año 2017, de los 264 millones de euros obtenidos de la asignación tributaria para los fines de la Iglesia católica, 202 fueron a parar a las diócesis para su mantenimiento. Los fondos que llegan a cada una de ellas se reparten en función de variables como, por ejemplo, el número de sacerdotes.
El sistema de asignación tributaria para los fines de la Iglesia sustituyó en su día a la antigua dotación del clero que pagaba el Estado. Las diócesis gastan actualmente en la retribución del clero 174,2 millones de euros anuales, a lo que habría que sumar los 17,6 millones de gasto en la Seguridad Social del clero que paga la Conferencia Episcopal. La suma de ambos conceptos casi alcanza los 192 millones de euros anuales.
La cadena de la Conferencia Episcopal cosechó unas pérdidas de diez millones de euros en el ejercicio 2017. La audiencia de la emisora ronda el 2%. La mala situación económica de la misma provocó recientemente una reducción de su plantilla.