Desde el inicio de la pandemia Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso han exhibido sus diferencias. Reproches, acusaciones… Unas protestas de las que se desmarcó José Luis Martínez Almeida desde el Ayuntamiento. En los últimos días han sido dos los motivos que han dado lugar a una nueva disputa: el inicio escolar y el ascenso fulgurante de contagios por coronavirus. El Gobierno central y Madrid siguen a golpes, pese a que en su último discurso Sánchez prometió no señalar a ninguna Comunidad.
La vuelta al colegio ha sido (y es todavía) un quebradero de cabeza para todos. El Gobierno, con la ministra de Educación Isabel Celaá a la cabeza, optó por delegar responsabilidades en las diferentes Comunidades Autónomas. Algo que le costó el reproche de incluso sus socios de Unidas Podemos. Sin embargo, Sánchez y Ayuso sí coincidieron en un aspecto importante: los colegios serían un lugar seguro para todos los niños y los padres podrían estar tranquilos.
Un mensaje para tranquilizar a los padres, ya que el regreso a las aulas se producirá en un contexto complicado, con el coronavirus de nuevo en auge en esta denominada segunda ola. Precisamente el covid-19 ha sido el último motivo de disputa entre el Gobierno y Madrid, después de que Sanidad haya informado de más de 23.000 nuevos casos en el fin de semana, con 80 fallecidos. Cifras realmente escalofriantes, de las que Pedro Sánchez culpa a la capital.
“Nos preocupa el estado de la salud pública y la evolución de la pandemia en Madrid”, ha citado Pedro Sánchez, que da la razón a su experto. “Si Simón trasladó ese mensaje es porque realmente nos preocupa”, ha incidido. Sin citar a ninguna Comunidad (aunque dejándolo entrever), ha declarado que “deben mejorar sus capacidades estratégicas”. Lo que por el momento no parece contemplar Sánchez es tomar alguna medida drástica en Madrid, ya que cree que el Ejecutivo está actuando correctamente al poner a disposición 2.000 rastreadores del ejército y 16.000 M€ para combatir la pandemia. La otra posibilidad que tiene Madrid (y que tampoco parece que Ayuso llevará a cabo) es solicitar un estado de alarma territorializado.
El problema es que esta reprimenda de Pedro Sánchez a Madrid se ha producido solo siete días después de que el presidente del Gobierno se comprometiera a “no juzgar lo que haga ninguna comunidad autónoma”. Del “lo están haciendo bien” a los reproches a Madrid han transcurrido menos de siete días. Ni rastro de aquel “el enemigo es la covid” y su llamada a “desterrar la pelea partidista de la lucha contra la pandemia”. Si lo de Sánchez era una promesa, no ha tardado demasiado en incumplirla. Y si tan solo fue un discurso pasajero, lo ha olvidado demasiado pronto. Lo que está claro es que sus palabras han abierto de nuevo las heridas.
Ayuso responde a Pedro Sánchez
Si el lunes Isabel Díaz Ayuso no tardó demasiado en calificar de “ensañamiento injusto, desproporcionado y perjudicial para España” a las palabras de Fernando Simón, lo mismo sucedió el martes tras las palabras de Sánchez. De forma irónica le ha agradecido al presidente del Gobierno “la preocupación que siente por Madrid”, para recordar que lleva un año sin reunirse con ella. “Aprovecho para volver a pedirle la reunión que no me ha concedido en 12 meses”, ha comentado en sus redes sociales Ayuso.
La misma línea ha seguido Ignacio Aguado (Ciudadanos), que ha calificado a Sánchez de “hipócrita”. “Si de verdad le preocupa la situación en Madrid podía llamar a la presidenta de la Comunidad o reunirse con ella”, ha comentado. También ha descartado un futuro confinamiento, debido a las consecuencias negativas que ello traería a toda la Comunidad de Madrid, y ha hablado de “otras medidas”.
Otro que ha tomado la palabra es Pablo Casado, que este miércoles se reunirá con Pedro Sánchez para abordar el tema de los Presupuestos Generales del Estado. El líder del PP, como era de esperar, ha sido más duro y ha acusado al Gobierno de actuar con “cobardía”. “No quiere liderar, se parapeta en las comunidades autónomas y echa la culpa a los españoles”, ha criticado. Desde luego, si la reunión se preveía tensa, lo será aún más tras este cruce de palabras.