El Gobierno considera que el cierre de centros educativos debe ser el «último recurso» en caso de brotes en las instalaciones y propone a las CC.AA que sean los servicios de salud pública los que valoren, en última instancia, el cierre de colegios en caso de transmisión comunitaria no controlada del coronavirus.
La transmisión comunitaria no controlada se considera cuando se da una transmisión no controlada en el centro educativo con un número elevado de casos. «Los servicios de salud pública de las comunidades autónomas realizarán una evaluación de riesgo para considerar la necesidad de escalar las medidas, valorando en última instancia, el cierre temporal del centro educativo», señala la ‘Guía de actuación ante la aparición de casos de COVID-19 en centros educativos’ preparada por el Ministerio de Sanidad.
El documento, se debate este jueves entre los ministros de Sanidad, Educación y Formación Profesional y Política Sectorial y las CC.AA en la primera Conferencia Sectorial conjunta que se celebra.
El texto, con fecha 24 de agosto, señala que estas circunstancias epidemiológicas pueden darse en uno o varios grupos de convivencia estable, pertenecientes a una o más de una línea y puntualiza que la implementación de las medidas para el control de estos brotes se realizará de forma proporcional al nivel de riesgo.
«El cierre de los centros educativos como medida para controlar la transmisión ha demostrado ser poco efectivo y tener un impacto negativo a nivel de desarrollo y educación de la población en etapa de aprendizaje. En el momento actual se han implementado diversas medidas para controlar la trasmisión del virus que permita un inicio del curso escolar lo más seguro posible», justifica en su introducción el documento.
Se considerará brote cualquier agrupación de dos o más casos con infección activa y, según señala Sanidad, los casos que aparezcan pueden ser muy variables. Se consideran tres escenarios posibles. El último es el mencionado de transmisión no controlada.
El primer escenario, es el de brotes controlados o esporádicos (cadenas de transmisión están bien definidas). Esta situación se puede dar en un único grupo o, simultáneamente, en varios grupos de convivencia estable que sean independientes. En esta situación, propone que se indicarán actuaciones de control específicas para cada uno de ellos mediante la implementación de las medidas de control habituales: aislamiento de los casos e identificación y cuarentena de los contactos de cada grupo o clase independiente.
El segundo escenario es el de brotes complejos o transmisión comunitaria esporádica. Esta situación responde a la detección de casos en varios grupos o clases con un cierto grado de transmisión entre distintos grupos independientemente de la forma de introducción del virus en el centro escolar. En este caso, se estudiarán la relación existente entre los casos y se valorará la adopción de medidas adicionales como la ampliación del grupo/s que debe guardar cuarentena, cierre de clases o líneas.
Sanidad considera que los centros educativos deben contar con una figura de responsable en el manejo de COVID-19, entre cuyas funciones estará la comunicación y coordinación con los servicios sanitarios y los servicios de salud pública de su comunidad autónoma. Además, plantea que exista un canal de comunicación entre el centro educativo, el centro de salud de referencia y el servicio de prevención del personal docente. Además, se informará de las actuaciones a la comunidad educativa.
Respecto al manejo de los casos en las escuelas, el texto indica que no deben acudir al centro educativo aquellas personas que tengan síntomas compatibles con COVID-19, con diagnóstico positivo o en periodo de cuarentena por ser contacto estrecho, ya sean alumnos, docentes u otro personal.
Si se desarrolla síntomas en el centro, se deberá seguir el protocolo de actuación del centro previamente elaborado para ello y basado en colocarle una mascarilla quirúrgica, llevarle a un espacio separado, y contactar con la persona responsable del manejo del COVID-19 en el centro educativo y con los familiares. La persona que acompañe al caso sospechoso deberá llevar el equipo de protección individual adecuado (EPI). El espacio en el que los casos sospechosos esperen, será preferiblemente una sala para uso individual, elegida previamente, que cuente con una ventilación adecuada y con una papelera de pedal con bolsa.
En caso de que la persona afectada sea menor de edad, se contactará con la familia o tutores legales para que acudan al centro para su recogida, que deberán contactar tan pronto como sea posible con su centro de salud de atención primaria de referencia o llamar al teléfono de referencia de su comunidad autónoma.
En caso de que la persona afectada sea trabajadora del centro, se pondrá en contacto con su Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, el centro de salud o con el teléfono de referencia de la comunidad autónoma, y se seguirán sus instrucciones. En caso de presentar síntomas de gravedad o dificultad respiratoria se llamará al 112 o al 061.
En cuanto a los contactos, Sanidad no recomienda ninguna acción hasta la obtención del resultado diagnóstico, así como mantener la actividad docente de forma normal. Si el caso se confirma, se realizará el estudio de contactos en el medio educativo y fuera de éste mediante la identificación, clasificación y seguimiento de los contactos según esté establecido en cada comunidad autónoma.
A la hora de definir quiénes son los contactos estrechos se tendrá en cuenta y se valorará si se han seguido de forma efectiva las medidas de prevención e higiene adoptadas en el centro educativo. Además, se se considerarán contactos estrechos a todas las personas pertenecientes al grupo de la persona afectada. Si no pertenece a un grupo de convivencia estable, se realizará la identificación de los contactos estrechos en el centro educativo siguiendo los criterios de la Estrategia de detección precoz, vigilancia y control.
La valoración de la exposición del personal que trabaja en el centro se realizará en función de la evaluación específica del riesgo de cada caso, valorando el correcto seguimiento de las medidas de prevención y la utilización de elementos de protección (mantenimiento de la distancia física y uso de mascarillas).
Y será el servicio de salud pública, junto con el servicio de prevención de riesgos laborales, el que valore si el profesorado y el personal del centro debe ser considerado contacto estrecho del caso confirmado.
Las autoridades sanitarias realizarán un seguimiento activo entre los contactos identificados como estrechos y deberán permanecer en el domicilio guardando un periodo de cuarentena. Las pruebas PCR se recogerán según se recoja en los protocolos establecidos por las comunidades autónomas.
También se proveerá a las familias de la información adecuada apara el cumplimiento de las medidas de cuarentena, higiene de manos e higiene respiratoria así como las señales para la identificación precoz del desarrollo de síntomas compatibles con COVID-19.
«Una vez estudiados los contactos y establecidas las medidas de cuarentena para aquellos considerados como estrechos, las actividades docentes continuarán de forma normal, extremando las medidas de precaución y realizando una vigilancia pasiva», añade el documento.
En cuanto al alumnado vulnerable podrán acudir al centro, siempre que su condición clínica esté controlada y lo permita, y manteniendo medidas de protección de forma rigurosa, salvo indicación médica de no asistir. Docentes y personal laboral vulnerable deberán informar a los equipos directivos de su condición, evitarán la atención a los casos sospechosos y extremarán las medidas preventivas recomendadas.