La candidata socialista María Chivite cierra hoy su ronda de negociaciones para atar los apoyos de Geroa Bai, Podemos e Izquierda Ezkerra, que junto al PSN alcanzarían 23 diputados, tres más que Navarra Suma y tres menos de una mayoría absoluta que convertirían en prescindibles a los siete votos de Euskal Herria Bildu.
Desde Ferraz llaman a la calma. El PP, Ciudadanos o UPN lideran una campaña mediática para denunciar una supuesta pinza entre socialistas y abertzales; y EH Bildu denuncia «el teatro» de María Chivite, de la que creen que «gana tiempo» antes de que «desde Madrid» la desautoricen. Estas son las seis posibilidades que están abiertas en Navarra.
MARÍA CHIVITE PODRÍA CONVERTIRSE EN PRESIDENTA
El PSN prometió en campaña que no se apoyaría en EH Bildu y que no apoyaría a Navarra Suma y el PSOE ha advertido que María Chivite no debe ser investida con el apoyo abertzale. Eso sí, la sintonía entre Ferraz y la sede pamplonesa del Paseo Sarasate es máxima gracias a Santos Cerdán, mano derecha de Sánchez y exnúmero dos de los socialistas navarros.
Algunas voces en el socialismo navarro recuerdan que Sánchez ganó una moción de censura con el apoyo del partido que lidera Arnaldo Otegi; los socialistas gipuzkoanos piden libertad para sus vecinos; y el histórico Carlos Solchaga no ve problemas en que Chivite acceda al Palacio de Navarra. El PNV, socio del PSOE y del PSE, también ha exigido que se conforme un cuatripartito de progreso que incluya a sus hermanos navarros, Geroa Bai.
CHIVITE PODRÍA GANAR TIEMPO
En EH Bildu creen que Chivite «gana tiempo» para no arrojar una vasija de agua fría sobre las bases socialistas, que sufrirían una tremenda decepción si el PSN entrega por cuarta vez el Gobierno a UPN por el mantra de «Navarra, cuestión de Estado.
En 1996, Ferraz forzó al PSN a entregarle el Gobierno de Navarra a UPN. Además, en 2007 se produjo el famoso ‘agostazo» por el cual José Blanco forzó que los socialistas abortasen un tripartito con Nafarroa Bai. Finalmente, en 2014 desde Madrid se frenó el adelanto electoral pretendido por los socialistas navarros, que habían sido expulsados del Gobierno foral por Yolanda Barcina.
La intención de José Luis Ábalos sería que Chivite no se carbonice y no se vea obligada, al igual que sus dos antecesores (Fernando Puras y Roberto Jiménez) a dimitir tras ser desautorizada, lo que abocaría al PSN a eternizar su crisis después de cortar el 26-M una hemorragia electoral que se prolongó entre 1991 y 2015, cuarto de siglo en el que el PSN perdió la mitad de sus votos. Hace diez días se revirtió: de quinta a segunda fuerza tras ganar más de siete puntos.
EL PSN PODRÍA APOYAR A NAVARRA SUMA
UPN ha abierto la posibilidad de ceder sus dos diputados en el Congreso a Pedro Sánchez, hecho que ha provocado un enfado en sus socios de Ciudadanos. Los regionalistas cuentan con esa baza, pero tienen en contra que otros socios del PSOE, Unidas Podemos o el PNV, no verían con buenos ojos el acuerdo del bipartidismo en Navarra.
En la cúpula de los socialistas navarros son conscientes de que Navarra puede ser un cromo intercambiable desde Madrid: el PSOE pretende gobernar Canarias y asegurarse la mayoría en el Congreso y la Comunidad Foral podría ser un naipe a ceder.
NUEVAS ELECCIONES
Tampoco está descartado que se convoquen nuevas elecciones para el mes de octubre. Si el PSN se decide a rechazar la investidura de Navarra Suma y Euskal Herria Bildu bloquea el Gobierno de María Chivite, desde Ferraz podrían invitar a que se convoquen nuevas autonómicas.
¿ESPARZA VICEPRESIDENTE?
UPN llama por tierra, mar y prensa al PSN a no depender de fuerzas nacionalistas o independentistas, pero los regionalistas no quieren oír hablar de investir ellos a María Chivite a cambio de que los socialistas les aseguren su mayoría en Pamplona. Recuerden que UPN cosió a zancadillas al PSN en las cuatro legislaturas que comenzó gobernando.
EL ‘PLAN Z’: EL ENFADO DE CHIVITE CON ESPARZA
Fuentes cercanas al PSN señalan a MONCLOA.COM que la sintonía entre María Chivite y Javier Esparza es «nefasta» porque el líder de UPN «ha puenteado» a la baronesa navarra vía Ferraz. El líder regionalista sigue el librillo de su antecesor, Miguel Sanz, que se negaba a hablar de tú a tú con los líderes regionales del PPN o el PSN y hablaba directamente «con Madrid».
Esparza aseguró que negociará todo lo que concierne a la Comunidad Foral «en Navarra», pero Chivite no ha dejado de apuntar durante toda la campaña electoral que no investiría «a Esparza». ¿Y a otro candidato regionalista? Está claro que si Ferraz fuerza al PSN a apoyar a Navarra Suma, Chivite exigirá el veto a Esparza y que los regionalistas busquen un candidato «más templado».