La vuelta al colegio se ha convertido en el principal quebradero de cabeza para el Gobierno central liderado por Pedro Sánchez y para las distintas Comunidades Autónomas. En los últimos días se ha producido una fuerte batalla entre ambas partes por eludir la responsabilidad. Mientras la ministra de Educación se mantiene al margen y recibe las quejas de sus propios socios (el sector de Unidas Podemos), cada Comunidad plantea un plan diferente, que en ocasiones rectifica días después. Pero, ¿de dónde viene tanto miedo? Los precedentes son claros y los riesgos existen.
Los colegios y universidades permanecen cerrados en España desde el pasado mes de marzo. Tras superar una situación crítica con el coronavirus, el regreso a las aulas coincide con otro repunte del covid-19. En estos momentos se superan los 7.000 contagios diarios y está sembrada de nuevo la alerta, con determinadas zonas confinadas, mientras en otras recomiendan a la población no salir de casa, como sucede en los distritos del sur de Madrid.
Bajo este panorama iniciar el curso escolar supone un riesgo importante. Las familias tienen miedo y más tras vislumbrar la falta de unas medidas consensuadas, que es lo que este miércoles reclamó Ana Pastor, diputada del PP, a Celaá. La ministra comparecerá a principios de septiembre para indicar las medidas, pero su reacción ha llegado algo tarde. El sindicato de estudiantes ha convocado cuatro días de huelga, mientras piden a Iglesias que fuerce a sus socios a tomar medidas.
El principal plan del Gobierno pasa por contratar nuevos profesionales y encontrar más espacios para las clases con el objetivo de reducir el número de alumnos por aula. Hay datos esperanzadores, como un nuevo estudio que ha revelado que el contagio entre niños es seis veces menor que en los adultos. El propio Pedro Sánchez tranquilizó a los padres al dejar claro que los colegios serían más seguros que los lugares donde han pasado estas vacaciones. Sin embargo, el nerviosismo continúa para todos. También para Sánchez y los diferentes presidentes autonómicos que no quieren responsabilidades porque temen que pueda suceder lo mismo que en otros países.
EL FRACASO DE LA VUELTA AL COLE EN OTROS PAÍSES
El error puede salir caro, y ese coste es el que no quiere asumir ninguna parte. En Alemania han tenido que clausurarse varios colegios a causa de rebrotes. En otros territorios con más casos, como Florida, la reapertura de los colegios ha sido un auténtico caos. Como ha desvelado el diario News Week, la cantidad de niños infectados por coronavirus ha aumentado en 9.000 en las últimas dos semanas. Los más afectados serían los que comprenden entre 14 y 17 años y después los que tienen entre 5 y 10 años. Como cabría esperar, el número de hospitalizados también ascendió.
En Israel, un país mucho menos castigado por el covid-19, gracias a la implantación de rápidas medidas, la reapertura de las aulas fue un quebradero importante. Más de 2.000 alumnos y profesores dieron positivo, justo antes de que decidieran clausurar de nuevo los centros. Por esa prisa en la enseñanza los casos ascendieron por encima de los 2.000 diario, cifras récord en Israel. Está claro que la decisión fue un error.
Sí, existen precedentes esperanzadores como Dinamarca, donde la apertura de los colegios no ha tenido apenas influencia en los números. Sin embargo, la situación en la que Dinamarca retomó la enseñanza y en la que lo hará España no tiene nada que ver. En nuestro país la curva va hacia arriba de forma fuerte. Y aunque los datos aún están lejos de alcanzar las cifras de marzo o abril, sobre todo a nivel de hospitalizados, Fernando Simón y el propio Pedro Sánchez, han advertido del peligro.
La Comunidad de Madrid es buen ejemplo de la complicada situación que atraviesan las Comunidades Autónomas para abordar este tema. Contratación de profesores, clases semipresenciales a partir de 2º ESO, mascarillas a partir de los seis años… Pero todo parece una utopía, cuando el propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, recomienda no salir a la calle a las personas ubicadas en los distritos del sur. La reapertura de los colegios, en plena curva ascendente de la pandemia parece todo un peligro. Y ni el Gobierno ni las Comunidades quieren asumir la culpa de un futuro error.
