La pizza es una versátil receta donde casi cualquier ingrediente vale. Y lo cierto es que nos vale para tomar a cualquier hora y le vale a todo el mundo por, como hemos dicho, su gran versatilidad. Se trata de una base de pan de forma circular donde se coloca normalmente una base de tomate frito o natural y, a partir de ahí todos los ingredientes que le queramos echar.
Casi todo el mundo ama la pizza tradicional hecha a mano, pero no hay nada como la corteza crujiente de una pizza hecha en la sartén, porque las recetas hechas en sartenes de hierro fundido son, casi, las mejores sobretodo para aquellos que aman una corteza gruesa y crujiente, dorada en el fondo, pero hinchada y suavecita debajo de las capas de la salsa de tomate y la mozzarella.
Y hoy os hablamos desde Moncloa.com cómo hacer una pizza a la sartén para no sufrir el calor del horno.
1Utensilios para una pizza bien crujiente
Para esta receta, más que reparar en los ingredientes, lo más importante será contar con una sartén de hierro, porque son una estupenda opción para cocinar sin antiadherentes ni revestimientos exóticos. Son sartenes robustas, muy duraderas, que consiguen unos excelentes resultados de cocción y un sabor que recuerda a la cocina de toda la vida. Con este tipo de sartén conseguiremos una base de pizza gruesa y crujiente, a la vez que en el interior los ingredientes estarán hechos y jugosos. También necesitaremos un bol para hacer la masa.