Desde que en marzo se desatara la pandemia por el coronavirus, las mascarillas se han convertido en nuestro accesorio más indispensable. Ya son todo un icono unido a la COVID-19 y es que, gracias a ellas, podemos estar salvando vidas. Sin embargo, no todas son igual de efectivas ante la enfermedad, pues no cuentan con las mismas protecciones ni material filtrante, el único que puede detener la expansión del virus.
Las más extendidas son las quirúrgicas. Son las más económicas, las más accesibles y también, desde el fin del estado de alarma, las que más vemos en la calle. También es normal cruzarse con personas que prefieren usar su propia mascarilla realizada con tela e incluso con papel. Pero, ¿es esto realmente efectivo?
Para tener una visión más amplia sobre su usa, descubre las mascarillas que NO protegen contra el coronavirus.
1Así nos protegen las mascarillas
Para entender por qué unas mascarillas son más efectivas que otras, debemos saber bien cómo se contagia el coronavirus. Lo hace, sobre todo, a través de las gotas respiratorias que generamos cuando tosemos, estornudamos o incluso hablamos. Aquí, en la producción de estas gotas, encontramos el mayor riesgo de contagio si una de las personas está infectada.
Si esas gotas se quedan en cualquier tipo de superficie y entramos en contacto con ellas, son un peligro. Sobre todo, cuando nos tocamos partes de nuestro cuerpo muy habituales como los ojos, la nariz o la boca. Es por eso muy necesario el desinfectarse de forma correcta lavándonos las manos frecuentemente con agua y jabón o usar gel hidroalcohólico. El aire también es un hilo conductor. Cuando hablamos o tosemos, esas gotas salen de nuestra boca.
Debemos saber que estas llegan a alcanzar una distancia máxima de un metro. Debido a ello, otra de las medidas que debemos llevar a cabo siempre es mantener esta distancia, o cualquiera superior, entre personas cuando estemos reunidos con alguien. Cualquier precaución es poca.
