El control de las transferencias bancarias es un tema que, pese a su aparente complejidad, despierta preocupación en muchos hogares españoles. Desde hace algún tiempo, Hacienda se ha propuesto intensificar las revisiones de ciertos movimientos cuya cuantía pueda superar límites concretos, generando inquietud y desconcierto.
Aunque muchas personas se sienten tranquilas al pensar que solo las grandes fortunas generan alertas, la realidad es muy distinta. En los últimos meses, Hacienda ha demostrado que sus métodos de seguimiento son más complejos de lo que parece, y las cifras menores también pueden entrar bajo su lupa.
1LAS CIFRAS CLAVE

Una de las principales preocupaciones gira en torno a las cantidades que pueden disparar las alarmas de los supervisores. Muchos creen que solo las operaciones de gran calibre son dignas de atención, pero el criterio se ha ido ampliando con el paso del tiempo y, desde hace un tiempo, Hacienda también observa transacciones de menor importe cuando suceden con una frecuencia sospechosa.
Los importes superiores a diez mil euros suelen centrar la atención mediática, aunque no son los únicos que generan recelos cuando se repiten con frecuencia, por ello, Hacienda presta especial atención a los movimientos bancarios que rondan esos umbrales, y los considera indicativos de posibles maniobras destinadas a ocultar ingresos o evadir impuestos.
Por otra parte, la inquietud aumenta cuando ese dinero procede de varias fuentes que, en apariencia, no guardan relación directa entre sí, si estos importes se transfieren a la vez o en periodos muy próximos, se activan señales de alerta que pueden derivar en requerimientos más exhaustivos por parte de las autoridades.