sábado, 23 noviembre 2024

Audi, McDonald’s y otras empresas que fracasaron en sus campañas en redes sociales

Las redes sociales se han convertido en todo un filón. No solo para los famosos y famosas que las usan para ganar popularidad y dinero, sino también para las empresas. Son muchas las multinacionales que han visto cómo su presencia en redes ha provocado un crecimiento económico y una mejora de su reputación. Sin embargo, no siempre es así. Hay otras como por ejemplo Audi y McDonald’s que vieron como sus campañas fracasaron.

Y es que, estar en las redes sociales, ya sea Facebook, Instagram o Twitter, no siempre te confía tener beneficios, aunque apuestes por los influencers. Y es que estar en la red supone cuidar y mantener todo lo que ahí se mueve. Al mínimo error, tus seguidores te pueden crucificar. La línea entre una campaña exitosa y ruinosa es muy delgada. Hoy te vamos a mostrar algunos ejemplos por si algún te toca hacerlo, no lo vuelvas a repetir.

Campañas de empresas en redes sociales como Audi y McDonald´s

Campañas de empresas en redes sociales como Audi y McDonald´s

Las empresas han visto que hay que estar presentes en las redes sociales. Ahora bien, eso no significa que sea siempre para bien. Hay muchos casos que demuestran que hay que tener mucho cuidado con las campañas que se llevan a cabo. No siempre las redes sirven para relanzar el negocio. Ahora mismo, los ánimos están muy caldeados, y una mala frase, un pensamiento mal interpretado o una imagen poco apropiada, te puede hundir toda la reputación.

Hay muchos ejemplos de campañas realizadas en redes sociales que han sido un desastre. Hasta el punto de que han tenido que ser retiradas e incluso los directores de comunicación salir a pedir perdón. Y es que hay que tener mucho cuidado con ello. Vamos a analizar cada caso, para que podamos aprender de ellos.

El caso de Audi

El caso de Audi

A la marca Audi siempre le había ido muy bien en las campañas de marketing. Todos recordamos esos anuncios de “Te gusta, conducir”. Sin embargo, cuando se han tenido que poner manos a la obra en redes sociales, la cosa no ha ido tan bien. Hasta el punto de que hace unas semanas han tenido que pedir disculpas.

El fabricante de autos alemán Audi pidió disculpas por usar una imagen publicitaria en la que se muestra a una niña apoyada en el radiador de su modelo RS 4 comiendo un plátano, que fue publicada en su cuenta oficial de Twitter y que suscitó fuertes críticas de los internautas. Los usuarios calificaron la campaña de insensible debido a que la posición de la niña al frente del auto impedía que el (posible) conductor pudiera verla y con ello evitar un accidente. ¿Qué te parece?

El caso de McDonald’s

El caso de McDonald's

Si el caso de Audi te ha parecido llamativo, pues toma nota del de McDonald’s. La empresa de comida rápida experimentó una reacción masiva por parte del público después de publicar un anuncio de su hamburguesa de Filet-o-Fish que su audiencia en el Reino Unido consideraba que utilizaba la pérdida de un niño para vender hamburguesas.

 De esta manera, los usuarios de las redes calificaron el anuncio de “descarado”. McDonald’s decidió retirar el anuncio y se disculpó por haber juzgado mal el carácter insensible del anuncio, y un portavoz insistió en que: “Nunca fue nuestra intención causar ninguna molestia”. Puedes ver cómo la piel está muy fina en estos aspectos.

El caso Tulipán

El caso Tulipán

Casos como el de Audi o McDonald’s te hacen ver que no hay fórmula mágica para triunfar en redes sociales. Algo parecido ocurrió con Tulipán es una empresa que fabrica margarina y mantequilla, que, para llegar a más público decidió apostar por las Redes Sociales. Si eres de la generación EGB seguro que sabes de que estamos hablando.

La campaña consistió en dar recetas a través de internet que se hacen con sus productos. Sin embargo, pronto los seguidores se dieron cuenta de que todas las recetas eran copiadas de otros blogs.  Con la sola modificación de la añadidura de la mantequilla o margarina, publicándola la empresa como propias. Eso no está bien.

El caso de Chysler, otro gigante como Audi

El caso de Chysler, otro gigante como Audi

La profesión de Community Manager se ha convertido en una profesión de riesgo. Y si no, que se lo pregunten al de Chysler. Una empresa de motor, como Audi, que tiene su sede en Detroit, que está considerada la ciudad del automóvil, motivo por el que lo ocurrido tuvo tanta repercusión.

Este Community Manager estaba tuiteando con las dos cuentas, y, hablando por Twitter con un amigo, dijo algo como “parece mentira que en la ciudad del automóvil nadie sepa conducir”. Un craso error. Y es que cuando estás todo el día en la red, tienes que saber por dónde vas a escribir. No sabemos cuánto tiempo duró en el cargo.

El caso Nestle, al estilo de McDonald’s

El caso Nestle, al estilo de McDonald's

Como le ocurrió a McDonald’s, la empresa Nestle también tuvo sus problemas en una campaña en redes sociales. Todo comenzó cuando Greenpeace publicó un informe en el que se afirmaba que, para fabricar sus productos, la empresa usaba aceite de palma que obtenía de un proveedor malayo el cual, no respetaba las leyes.

La respuesta del fabricante de chocolates fue la negación más absoluta en un comunicado de prensa. Esto no gustó a sus clientes, que lo expresaron en diferentes términos, a lo que el Community Manager encargado de gestionar el perfil. Y es que, ya has visto que como pasó con Audi, hay que tener mucho cuidado con estas cositas.

Caso Pril

Caso Pril

La campaña “Mi Pril” fue realizada por la empresa alemana Henkel en redes sociales. El objetivo era invitar a sus seguidores a la participación para escoger el nuevo diseño del envase del detergente estrella. Hasta aquí todo bien, pero posteriormente sus directivos demostraron que de nada sirve preguntar, si luego no lo llevas a cabo. Me explico.

El diseño más votado por el público (10.000 Me gusta) era la imagen de una etiqueta que proponía que el detergente huele igual al: “pollo a la brasa”. Y claro, eso no lo iban a publicar. Así los participantes se dieron cuenta de que su opinión no pesaba tanto como la del pequeño jurado de Henkel.