La economía del país pegó un frenazo en seco durante la primera mitad del año a causa del coronavirus. La brutal pandemia que sigue azotando al mundo entero obligó a tomar medidas de seguridad que pasaron por un confinamiento extremo en el que prácticamente se detuvo toda actividad económica, salvo aquellos servicios de primera necesidad. Una herida grave para muchas empresas, que ha llevado a un gran número de cierres.
La situación laboral está siendo bastante complicada. De hecho, el sector hotelero y el turismo, dos de los grandes impulsores de toda la actividad del país, son los que más están sufriendo lo que está sucediendo. El turismo está bajando en cifras, de hecho, la facturación ha descendido a toda velocidad debido a las medidas de seguridad e higiene instauradas, amén del miedo que hay a viajar.
Pero hay otro problema más grande a la vuelta de la esquina. Muchas compañías están empezando a prepararse para una segunda oleada del virus, de hecho, los rebrotes ya están teniendo lugar por todo el país. Hay quienes podrán aguantar con el capital que han conseguido gracias a este pequeño respiro que se ha dado durante el verano, pero otros tendrán que recurrir a inyecciones económicas para poder subsistir.
Se espera que el estado proporcione algún tipo de ayuda para los negocios, pero seguramente será insuficiente para que todos puedan seguir adelante, y justo en ese punto es donde empiezan a plantearse opciones como los créditos y los préstamos. Las entidades bancarias se han vuelto más exigentes con los préstamos personales, pero también están siendo más flexibles con las inyecciones financieras para las empresas, y lo mismo se puede decir de las financieras.
Las online, de hecho, están registrando un notable incremento en los préstamos online y sus solicitudes. No es ya solo una cuestión de particulares buscando ayuda, es también algo que proviene de empresarios que quieren evitar el cierre y poder mantener su negocio con vida sin llegar a la quiebra. No solo por ellos, sino también por todos esos trabajadores que perderían sus puestos de trabajo de ser así.
Créditos online: de solución para pequeños imprevistos a «salvación» para empresas
Los créditos en línea siempre han sido algo pensado para el consumidor y el pequeño negocio. Su fórmula y formato lo volvían de hecho algo ideal para este tipo de público. Con solo coger su teléfono o conectarse a internet, abrir el navegador y entrar en una web, ya tenían acceso inmediato a un producto financiero que les daba el dinero que necesitaban, normalmente pequeñas cantidades, casi al momento y sin tener grandes requisitos.
Es un producto que suena realmente bien. Solo un par de minutos y ya tienes el dinero en la cuenta bancaria que indicaras, así de fácil. Das algunos datos, esperas una confirmación y adelante, ya puedes usar el dinero. Una solución que, además, saca buen partido de la tecnología actual y se amolda perfectamente a los tiempos que corren. Una a la que ahora miran las empresas que buscan cualquier tipo de ayuda para poder seguir adelante si tienen que volver a cerrar dentro de poco.
Ahora bien, es un buen producto, pero no el mejor. Para empezar, hay mucha falsa financiera intentando engañar al público. Precisamente por eso se recomienda informarse al máximo con comparadores y demás portales informativos que ofrecen toda clase de reseñas y comparativas de préstamos de estas entidades. Gracias a lo que podemos encontrar en esta web y en otras similares, podemos decirte que, antes de pedir un préstamo por internet para tu empresa, te lo pienses bien.
Una solución con ventajas e inconvenientes
Como toda moneda, la de los préstamos por internet también tiene dos caras. Por una parte tiene esas bondades de la rapidez y las facilidades, de hecho, no suelen necesitar avales. Además, han ido evolucionando para dar cabida a soluciones más contundentes, con mayores cantidades de dinero y plazos más flexibles. Suena todo genial, pero ya lo hemos avisado, no siempre son el mejor camino.
Sus inconvenientes siempre pasan por los intereses muy por encima de lo normal, por plazos demasiado apretados y, en ocasiones, por condiciones que simplemente son abusivas. Hay entidades que han llegado a cobrar el triple del valor del préstamo otorgado, otras que han dado cantidades de más de 1.000 euros a devolver en plazos de 30 días y otras que, simplemente, han acosado a sus clientes por tener un pago un par de días fuera de plazo.
Son cuestiones a tener en cuenta y a sopesar con frialdad de cara al futuro. El horizonte pinta negro a nivel económico en España, y los negocios pueden pensar que las financieras online pueden ser un buen camino para subsistir. No todas tienen por qué ser malas, pero tampoco todas tienen por qué ser buenas. Al final, la clave es encontrar algo que dé un buen equilibrio y, sobre todo, que sepa cuidar a su cliente.