La radical y agresiva ya exportavoz del PP Cayetana Álvarez de Toledo ha sido fulminada por Pablo Casado. Era una decisión que el partido venía barruntando desde hace semanas hasta que este lunes el líder del partido ha tomado la iniciativa y se ha quitado de en medio a alguien que se había convertido en un problema. El ego de Cayetana le ha impedido ver los mimbres que han llevado al PP a tomar esta decisión y ha calificado el movimiento de error, además de haber despotricado contra el presidente de su partido, pero su marcha del cargo consuma el giro a la moderación que Casado quiere dar a su formación conservadora. Esta decisión ha aliviado a prácticamente la totalidad de los dirigentes del PP, que estaban hartos de la línea autoritaria, agresiva y más propia de Vox que había adoptado Álvarez de Toledo.
Desde Génova hay muchos históricos del PP que han visto con alivio la decisión de Casado de fulminar a la ya exportavoz. Cada vez eran más las voces de barones y dirigentes del Partido Popular que mostraron su hartazgo con Cayetana, especialmente por su tono y su afán de protagonismo. Tras la destitución de Álvarez de Toledo han venido unos nombramientos que son toda una declaración de intenciones, especialmente el del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, como portavoz del partido conservador.
En todo este tiempo, el ego de Cayetana y su íntima relación con el expresidente del Gobierno José María Aznar le habían impedido ver que no tenía apoyo alguno dentro del PP. No hizo amigos, ni siquiera lo intentó, tal y como desvelan a MONCLOA.COM fuentes de la formación. Por lo que nadie parece que echará de menos a la exportavoz del partido, cuyo tono es más propio del partido de Santiago Abascal.
Al mismo tiempo, el hecho de haber fulminado a alguien con tanto ego y tanta presencia como la de Cayetana ha reforzado la autoridad de Casado en el partido. El presidente popular ha dado un golpe encima de la mesa con el objetivo de consumar ese giro hacia la moderación. Y como era de esperar, Álvarez de Toledo sobraba; algo que se ha demostrado con la pataleta de la exportavoz tras exponerse a los medios para calificar su relevo como «perjudicial» para el partido porque «se considera alguien irremplazable», tal y como relatan fuentes del partido.
Cayetana llegó a tal punto que decía lo que considerara. Nunca mantuvo una actitud militante con el PP y se ha dedicado a romper la línea ideológica que impuso Casado para decir lo primero que se le viniera a la cabeza. Ese verso suelto le ha costado un cargo que muchos dentro de la formación conservadora consideran que se lo debía al expresidente del Gobierno José María Aznar. Ni estuvo bien en el PP de Rajoy, ni lo está en el de Casado.
Hay quien apuesta porque Cayetana Álvarez de Toledo acabará en Vox. Pero lo que sí que es seguro es que sus diferencias con un PP moderado la alejan cada vez más del partido, pues tampoco parece que los populares tengan intención de radicalizarse, sino que siguen más bien la tendencia contraria.
Incluso los más escorados a la derecha del PP han criticado a Cayetana Álvarez de Toledo. Ellos consideran, como el senador Rafael Hernando, que se puede mantener una actitud crítica contra el Gobierno sin un tono desagradable ni sobreactuado como el de Álvarez de Toledo. Prueba de ello han sido los enfrentamientos internos que ha tenido en ocasiones como cuando criticó al presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo.
La intención de Casado queda clara cuando se ve a quién ha puesto para llevar la voz cantante en el PP. El alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, será el nuevo portavoz del Partido Popular para encauzar la línea argumental e ideológica del partido hacia la moderación.