Pedro Sánchez se quiere aferrar a la extraordinaria situación económica que disfruta España para sortear la precariedad parlamentaria que sufre el PSOE, las desalentadoras encuestas que pronostican una mayoría conservadora y algunos problemas judiciales que son amplificados por un hegemónico ejército mediático conservador radicado en Madrid.
El presidente del Gobierno intentará apurar su legislatura, prorrogará presupuestos, intentará torear las exigencias de Junts per Catalunya y Podemos, e intentará aprobar con nota las 3 grandes tareas que tiene por delante: rematar su control del PSOE (que tras el triunfo oficialista en las primarias de Aragón, Andalucía, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid o Castilla y León solo cuenta con Castilla-La Mancha como cantón rebelde), garantizarse el del Grupo Prisa (convertido en salvavidas mediático del progresismo dentro del conservador ecosistema mediático español) y apurar sus opciones intentando que el ‘yolandismo’ y Podemos se reconcilien.
Sánchez podría perder La Moncloa en 2027 y mantener el control del PSOE a través de un dirigente afín como Óscar Puente, sanchista de primera hora, disfrutón de una ola de simpatías tras cambiar su trono bronco por una imagen de gestor eficaz al frente del Ministerio de Transportes y que, según comentó hace unos días Pablo Iglesias, «arrasaría en unas primarias socialistas».
MADRID, COMUNIDAD VALENCIANA Y ANDALUCÍA, CLAVES PARA APURAR OPCIONES
El PSOE tiene 3 objetivos territoriales para las elecciones generales y autonómicas de 2027: cortar la tendencia negativa que sufren en Andalucía y la Comunidad de Madrid, que se han convertido en graneros de voto del PP, e intentar recuperar el Consell de la Generalitat Valenciana con Diana Morant como candidata.
Ferraz apuesta por girar a la izquierda en la Comunidad de Madrid tras varios años de guiños centristas y liberales de Juan Lobato. «!– /wp:paragraph –>
El PSOE olvida que sus mejores resultados los logró en los últimos años con candidatos moderados como Rafa Simancas o Ángel Gabilondo y apuesta por reforzar la imagen progresista del ministro Óscar López.
Dice Sánchez que «en la Comunidad Madrid impera la «multinacional ultraderechista. La coalición entre los de arriba, que tienen el dinero, y el Partido Popular y Vox, cuando es necesario. Y todos ellos unidos por la pasta para hacer negocio con los derechos de la gente. La multinacional consiste en que te pongo una alfombra roja para que hagas negocio con los derechos de la gente y a cambio te financio pseudomedios digitales, tertulianos en las televisiones y también en las radios para expandir los bulos, la desinformación y condicionar el debate público en la Comunidad de Madrid y en el conjunto de España».
El presidente del Gobierno pareció acordarse de Lobato al asegurar que Madrid «no necesita una izquierda que salga a defender el resultado sino una izquierda que salga a ganar el partido y esa es la izquierda del Partido Socialista de Madrid. Han puesto Madrid en venta, y ya sabemos quién se lleva la comisión».
En la Comunidad Valenciana la clave es subrayar la nefasta gestión que realizó Carlos Mazón de la catástrofe de la Dana. Dice Sánchez que su nueva baronesa en la región Diana Morant «hubiera estado al pie del cañón. Otros nunca están. No estuvieron durante la tragedia, no están ahora en la reconstrucción de los municipios afectados».
«El PP, Vox y su negacionismo son como el arròs empastrat. En 2027 convertiremos ese negacionismo del PP y Vox en pasado y abriremos la puerta al futuro que necesita la Comunidad Valenciana con Diana Morant. En 2027, los valencianos pondrán las cosas en su sitio: a Carlos Mazón en su casa y a Diana Morán al frente de la Generalitat valenciana», añadió.
En Andalucía su intención es que la figura de María Jesús Montero levante la ilusión de las filas del PSOE pese al tirón que disfruta el presidente ‘popular’ Juanma Moreno.