El PNV es posiblemente el partido político más estatificado y jerarquizado de la política española. Es la única formación en la que la bicefalia ha funcionado con la precisión de un reloj suizo. Cuenta la leyenda que Xabier Arzalluz (presidente de la formación nacionalista durante 17 años) que le dijo al entonces lehendakari Ardanza “tú ocúpate del Gobierno que yo lo hago del partido”.
Esta dupla en el poder ha funcionado durante casi medio siglo. Dos cabezas para un mismo ser, aunque a nivel popular siempre ha habido una tercera cabeza: el encargado de la portavocía del partido en el Congreso de los Diputados en Madrid. A la postre siempre convertido en la cara más popular del partido debido a su constante aparición en los medios de comunicación.
Es el caso de Aitor Esteban que se ha convertido en el nombre (y la cara) que muchos votantes identifican con el partido. El próximo 29 y 30 de marzo en San Sebastián el PNV celebra su Asamblea Nacional para ungir al nuevo presidente. Hasta hace unos meses no había duda de que repetiría en el cargo Andoi Ortuzar. Sin embargo, la popularidad de Esteban es creciente en los batzokis (sedes locales del partido).
Según ha publicado Europa Press, Ortuzar cuenta con el máximo apoyo en Álava, Navarra e Iparralde (País Vasco francés), y mantiene el primer puesto en Vizcaya, el territorio más potente del PNV. No en vano, Ortuzar no sólo preside el partido, sino que está al frente del Euzkadi Buru Batzar (Comisión Ejecutiva del PNV en el País Vasco) y de Bizkai Buru Batzar (mismo órgano para al nivel de la provincia vizcaína).
Aparentemente, Ortuzar y Esteban tienen la misma sintonía ideológica. Ambos se mueven en el ámbito de la democracia cristiana y tampoco hay una diferencia en cuento a corrientes de renovación. Se llevan días de diferencia y los dos tienen 62 años. Entonces, ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro que hace dudar a los votantes de la formación jeltzale?
DESCONEXIÓN DEL VOTANTE DEL PNV CON ORTUZAR
El hastío de una militancia que ve cómo el PNV va perdiendo afección mientras que otro partido nacionalista, en el espectro de la izquierda, EHBildu, va tomando cada vez más poder institucional e ilusionando a una población que no necesariamente votaba antes a opciones de izquierda. Ortuzar lleva en poder jeltzale desde 2013 y en esta década larga muchas cosas han cambiado a nivel social, económico y cultural. Un nuevo escenario que Bildu parece haber leído mejor que el histórico PNV.
Ortuzar, sin embargo, en una carta dirigida a la militancia el pasado 18 de enero, lanzó un mensaje para navegantes: “Quienes creen que la renovación debe ser total, empezando por la propia figura del presidente del EBB; y quienes consideran que es muy arriesgado cambiarlo todo al mismo tiempo y proponen un ‘mix’ de renovación y continuidad”. O sea, un reconocimiento de que en el partido laten, al menos, dos almas que él intenta aupar.
Aitor Estaban no ha anunciado que su candidatura a ser el mandamás del PNV, pero son mucho los que rondan al portavoz en la Cámara Baja para convencerle de ser un candidato contrario a Ortuzar. Dicen de Esteban que es un hombre que, coetáneo de Ortuzar, sí ha sabido entender las nuevas sensibilidades sociales y, a pesar de estar en la misma sintonía ideológica, muchos le ven como un hombre más aperturista.
LAS FECHAS CLAVES ESTÁN CERCANAS
Los más críticos ven a Ortuzar como un hombre inmovilista y que no ha entendido parte del voto de castigo de la sociedad eskalduna. Sin embargo, frente a los posibles cantos de sirena de Estaban hay quien habla de una tercera vía encarnada en Markel Olano.
Lo cierto es que los candidatos propuestos por los afiliados que hayan sido apoyados en tres batzokis deberán comunicar a la Comisión de Garantías y Control si tienen intención de pasar a la segunda vuelta, que comenzará el día 10 y se prolongará hasta el 26 de febrero. De ahí a la Asamblea del 29 y 30 de marzo. Todas las posibilidades siguen abiertas.