El Ministerio de Defensa lleva casi tres años con un ritmo frenético para el rearme, acondicionamiento y mejora del Ejercito español. La Guerra de Ucrania, la vigilancia de la frontera sur, el peligro marroquí y las exigencias de la OTAN, y ahora de Trump, han obligado al Gobierno de Sánchez a incrementar notablemente el presupuesto de de Defensa.
Aunque el Gobierno español no cumple todavía con el 2% exigido desde la OTAN a los países miembros de esta alianza. El último Balance es de 1,3% del PIB en 2023, el anterior fue de 0,9%. Siendo un aumento de un 20% más del gasto real en esta materia, pero lejos de lo que invierten todavía países de nuestra capacidad económica.
A pesar de estar todavía por debajo del gasto recomendado hay que recordar que desde 2018, cuando Pedro Sánchez asumió el gobierno de la nación, el gasto militar ha sufrido un aumento del 64,2% más. Y se estima que deberá aumentar en 11.000 millones de euros todavía para llegar a ese 2% del PIB exigido por la Alianza Atlántica hasta ahora.
Puede que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos cambie estos mínimos, el nuevo mandatario norteamericano dentro de sus declaraciones estridentes asegura que los países de la Alianza deberán gastar un mínimo de un 5% en temas militares. Unas peticiones en la línea estrambótica que el nuevo mandatario norteamericano está realizando en diferentes ámbitos sociales y económicos.
UN BLINDADO DESEADO
Dentro de las mejoras que el Ejército está realizando destaca la necesidad de adquirir nuevos blindados que ayuden al despliegue de la infantería y el apoyo de la artillería española, punto este último donde más flaquea la defensa española en comparación con las mejoras que, por ejemplo, ha realizado Marruecos.
Por este motivo, Defensa, con Margarita Robles al mando y dentro del plan de renovación de las Fuerzas Armadas ha puesto toda la carne en el asador para obtención de estos nuevos y modernos blindados de apoyo a la infantería española. Claves para realizar misiones fuera de nuestras fronteras, encuadrados en operaciones de la OTAN o de la ONU. O bien, en la defensa de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Esto último pieza clave de nuestra estrategia de Defensa, a pesar de las declaraciones del Ejecutivo central que ve a Marruecos como un «país aliado, no hostil».
En este proceso y según informaciones cercanas a Defensa, el nuevo presidente de Indra, Ángel Escribano, recibirá la semana que viene en la sede de la compañía a Margarita Robles. La finalidad de este encuentro será abordar, entre otras cuestiones, cómo avanza el proyecto para la producción de los 348 vehículos de combate sobre ruedas (VCR) 8×8 Dragón para el Ejército de Tierra.
Desde finales del pasado mes de octubre Indra tomó una posición de control (51,01%) del consorcio Tess Defence, al cual Defensa otorgó un contrato de unos 2.000 millones de euros para la producción de los mencionados vehículos y en el que también participan Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas. Un movimiento realizado para subsanar la demora en la entrega de los vehículos de combate.
El objetivo principal de esta posición de control por parte de Indra adquiriese dentro del consorcio es agilizar la entrega de las unidades comprometidas con Defensa dado que el proyecto acumula múltiples retrasos, lo cual provocó que la propia Robles advirtiese a las empresas participantes que el incumplimiento del contrato podría tener «consecuencias».
No obstante, fuentes del Ministerio también han afirmado que desde que Indra lidera el consorcio se ha «acelerado mucho» el proyecto y que, en principio, en febrero se prevé la entrega de las 92 unidades del 8×8 Dragón que estaban comprometidas para el año pasado. Algo que otras fuentes militares señalan que «está por ver», un retraso, que por otra parte, compromete la capacidad de despliegue de nuestras tropas.
CONTRATO CON RETRASO
El historial de este contrato es complicado desde el inicio. Defensa firmó en 2020 dicho acuerdo para el suministro de fabricación de los vehículos 8×8 Dragón con el consorcio, si bien la compra de estos vehículos está en marcha desde 2007, pero se fue retrasando por diversos motivos y el contrato firmado en 2020 ya contemplaba que serían entregados progresivamente, hasta el año 2030.
La reunión que mantendrán Indra y Defensa (prevista posiblemente para el 6 de febrero) será la primera que Ángel Escribano mantendrá con Robles desde que asumiese la presidencia de la empresa el pasado 19 de enero y en la misma también se abordarán los otros grandes proyectos en los que participa la compañía, como el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), el caza militar de alta tecnología que están desarrollando de forma conjunta España, Francia y Alemania.
Asimismo, se prevé que en el encuentro también se ponga sobre el tapete la compra realizada hoy por parte de Indra del operador de satélites de telecomunicación de Redeia, Hispasat, entre otros asuntos.
En ese sentido, cabe recordar que Ángel Escribano, que hasta hace menos de dos semanas presidía EM&E, se convirtió en el principal directivo de Indra tras la salida de su predecesor, Marc Murtra, a Telefónica en sustitución de José María Álvarez-Pallete.