Si haces esto con los retrovisores, la DGT tiene malas noticias para ti

Los retrovisores son uno de los elementos más esenciales para la seguridad vial, pero también uno de los más olvidados por muchos conductores. Aunque su función es básica y vital para garantizar una conducción segura, no son pocos los que cometen errores graves relacionados con su uso. Uno de los más comunes, y que está en el punto de mira de la Dirección General de Tráfico (DGT), es iniciar la marcha con los retrovisores cerrados o no ajustarlos correctamente antes de conducir. Este descuido, que puede parecer insignificante, tiene consecuencias legales y, sobre todo, pone en riesgo la seguridad de todos los usuarios de la vía.

La DGT ha intensificado su vigilancia sobre este tipo de comportamientos, recordando que los retrovisores no son un accesorio opcional, sino una herramienta imprescindible para evitar accidentes. En este artículo, analizamos por qué este hábito puede acarrear sanciones, cómo afecta a la seguridad vial y qué medidas debemos tomar para evitar problemas. Si eres de los que olvida abrir los retrovisores o no les presta la atención que merecen, es hora de cambiar tus hábitos al volante.

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LOS RETROVISORES: UNA OBLIGACIÓN LEGAL Y NO UNA OPCIÓN

El Reglamento General de Circulación es claro en cuanto al uso de los retrovisores: su correcto funcionamiento y utilización son obligatorios. Según la normativa vigente, todos los vehículos deben estar equipados con retrovisores homologados y en perfecto estado. Además, el conductor tiene la responsabilidad de asegurarse de que estos estén abiertos y correctamente ajustados antes de iniciar la marcha. No hacerlo no solo supone un riesgo evidente para la seguridad vial, sino que también puede derivar en sanciones económicas.

La DGT considera que conducir con los retrovisores cerrados o mal ajustados equivale a una conducción negligente. Este comportamiento puede ser sancionado con multas que oscilan entre los 80 y los 200 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. Además, en casos extremos, podría incluso considerarse una infracción grave si se demuestra que ha puesto en peligro a otros usuarios de la vía. Por tanto, no se trata solo de una cuestión de sentido común, sino de cumplir con una obligación legal que afecta a todos los conductores.

Es importante recordar que los retrovisores no solo sirven para observar lo que ocurre detrás del vehículo, sino también para controlar los laterales y los puntos ciegos. Su uso adecuado es esencial para realizar maniobras como cambios de carril, adelantamientos o incorporaciones a la vía. Ignorar su importancia puede tener consecuencias fatales, tanto para el conductor como para los demás usuarios de la carretera.

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