Urdangarin y Ainhoa Armentia, una boda incómoda para los Borbones

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia estarían a punto de dar un paso más en su relación. Así lo informó en exclusiva la periodista Marisa Martín Blázquez en el programa Fiesta de Telecinco. Tres años después de hacer pública la relación del exjugador de baloncesto con la abogada, estarían dispuestos a pasar por el altar.

Realmente, al exduque de Palma ya es un hombre libre. Desde que en enero 2022 unas fotos publicadas por Lecturas descubrieran que llevaba meses saliendo con su compañera de trabajo, las relaciones con su todavía mujer la Infanta Cristina se fueron tensando cada vez más. Más allá del desengaño sentimental por parte de la hermana de Felipe VI, supuso el inicio de unas complicadas negociaciones para firmar el divorcio definitivo.

Los exduques de Palma tenían muchas cosas en común más allá de sus cuatro hijos.
Durante los meses de largas discusiones Urdangarin ha utilizadocomo arma para molestar a la Infanta el ‘dejarse’ cazar por los fotógrafos. Así ocurrió por ejemplo en Baquiera. Unas instantáneas que molestaron sobremanera a la que había sido su esposa desde hace años. Quienes conocen bien al exjugador de balonmano aseguran que estas filtraciones de imágenes sobre la felicidad de su nueva vida llegaban cuando las negociaciones por las condiciones del divorcio encallaban. Unas negociaciones en las que el papel de Juan Carlos I ha sido fundamental. “No nos podemos permitir otra Corinna”, dicen que ha aseverado el Emérito sobre ‘tener contento’ al que fuera su yerno.

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Portada de Lecturas.

La última vez que Urdangarin ha llegado a recurrir a esta particular forma de recordar a su exfamilia política que sigue ahí fue estas Navidades. El exjugador de balonmano por fin se dejó fotografiar junto a su nueva pareja y sus hijos. La revista Lecturas le retrataba en portada junto a su hijo mayor Juan. También con el resto de sus hijos.

LA VIDA TRAS EL DIVORCIO

Uno de sus grandes preocupaciones ha sido siempre la relación con sus hijos. Juan al ser el mayor es quien más consciente fue de cómo el escándalo Noos afectó a la familia. Llegó a sufrir bullyng en el colegio. Cuando Urdangarin ingresó en al cárcel de Brieva (Ávila) su mayor obsesión era cómo afectaría todo a su relación con sus descendientes. Especialmente con Irene. Era la más pequeña cuando él ingresó en la cárcel y, por tanto, con la que menos ha convivido.

Cuando se hizo pública, portada mediante, su relación con Ainhoa Armentia una de las peticiones de la Infanta Cristina es que no hubiera fotos de sus hijos con la nueva pareja de su padre hasta que el divorcio no estuviera firmado y la separación fuese firme.

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Ainhoa Armentia.

Cuando salió de prisión Urdangarin aseguró que su intención era volver a 1997. Es decir a la vida antes de ser marido de la hermana de Felipe VI y de ser un personaje público. Un deseo imposible. Máxime cuando el propio interesado juega con su repercusión pública cuando le interesa.

LA REACCIÓN DE LOS HIJOS

Nada se sabe a ciencia cierta de los términos del divorcio, pero en privado el propio interesado siempre ha asegurado que se ha sentido abandonado por su exfamilia política en el proceso judicial que le llevó a prisión y por ello exigía una compensación para vivir tranquilo. Unas peticiones en las que se encontró apoyado por sus hijos.

Un apoyo que, dicen, no se ha repetido con la intención de casarse. No ha hecho gracia precisamente. Pablo Urdangarin, como siempre, ha sido el primero en ser preguntado por la prensa. Esta vez decidió dar la callada por respuesta. Todo lo contrario a cuando, a su pesar, se convirtió en el portavoz familiar tras conocerse la relación de su padre con Ainhoa. Una historia de amor que ahora puede acabar en boda.