Junqueras y Puigdemont aparcan diferencias para congelar a Illa y Sánchez

Oriol Junqueras solo tenía dos opciones ante la división y la guerra interna en ERC. El indultado y amnistiado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha preferido alejarse del denominado bloque progresista y volver a impulsar el independentismo en Cataluña en plena negociación con el PSC de Salvador Illa sobre los Presupuestos autonómicos.

El líder de ERC tras destronar a Marta Rovira y realizar cambios de calado en la cúpula de los republicanos comienza a despertar de nuevo al independentismo a pesar de la negociación con el PSC por las cuentas públicas, un pacto que se hará esperar debido a las serias discrepancias tanto ideológicas como troncales, especialmente en infraestructuras. Los republicanos no quieren ni oír hablar de la ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas-El Prat, entre otros asuntos de calado.

Tras esta guerra interna en ERC, Junqueras se ha citado con Puigdemont tres años después de la última vez que tuvieron oportunidad de verse. El reencuentro ha servido para enterrar momentáneamente el hacha de guerra y evitar que el líder de Junts dé continuidad a los ataques contra los republicanos de Junqueras, una vuelta así a las relaciones que les mantuvieron unidos a ambos partidos entre 2015 y 2021.

ILLA Y SÁNCHEZ, SIN PRESUPUESTOS Y LA AMENAZA DE LA CUESTIÓN DE CONFIANZA

El problema para los dos es que no tienen la mayoría independentista suficiente para poder asaltar la Generalitat, pero por otro lado pueden paralizar cualquier norma que provenga del Ejecutivo catalán, como los Presupuestos, la ampliación de El Prat y sumar además a PP y Vox en esas votaciones.

Elisenda Alemany y Oriol Junqueras, las cabezas de ERC para recuperar el terreno perdido
Elisenda Alemany y Oriol Junqueras, las cabezas de ERC para recuperar el terreno perdido

La intención es volver a crear la herramienta que soldó a los independentistas y no se descarta una vuelta al Gobierno de coalición si finalmente no hay presupuestos en Cataluña, pese a que el Govern de Salvador Illa afirma que puede pilotar la Comunidad incluso sin tener aprobadas las cuentas. Cabe señalar que por mucho menos, el PSOE exigía la convocatoria de elecciones o enfilaba mociones de censura, como ocurrió en Pamplona.

Junqueras ha tomado la iniciativa para entrevistarse no solo con Puigdemont en Waterloo, sino también con otros agentes activos del independentismo y a buen seguro lo hará con Ómnium Cultural y la ANC para la creación de una nueva plataforma que aglutine bajo la estelada a los catalanistas e independentistas, como si a 2012 se volviera con el inicio de las manifestaciones en favor de la ruptura con el resto de España.

JUNQUERAS Y PUIGDEMONT, UNA RELACIÓN DE AMOR-ODIO

Los dos líderes salieron muy tocados del referéndum, pero ERC llegó a gobernar con Junts hasta la salida del Ejecutivo de los de Puigdemont, quien reapareció en Barcelona sin ser detenido ante la pasividad del Gobierno de Pedro Sánchez, ante la deriva hacia la izquierda de ERC. Para ello, desde el bloque republicano señalan la necesidad de «aparcar diferencias y centrarse en los puntos en común con Junts». No obstante, esa misma premisa se intentó en todo momento desde el primer gobierno de coalición entre la extinguida CiU y ERC, dando lugar a un referéndum ilegal y una guerra posterior sin cuartel entre ambos partidos.

Ahora bien, el escenario es muy distinto una vez medidas las fuerzas y apoyos. ERC mantiene a sus bases, pero ha perdido muchos simpatizantes que han recalado en el PSC y en Junts, mientras que los de Puigdemont aguantaron estoicamente y solo la irrupción de Aliança Catalana les he impedido tener una mayor representatividad en el Parlamento.

Junqueras acudió a su visita en Waterloo con Elisenda Alamany, la sustituta de Rovira y quien ha abandonado sus cargos en el Área Metropolitana de Barcelona para centrarse en el Ayuntamiento y la formación. El cambio apunta que podría ser la sustituta de Ernest Maragall de cara a las elecciones municipales de 2027, impulsando su imagen y fortaleciendo a su formación desde el Consistorio más importante de Cataluña.

Puigdemont, en su vuelta a Barcelona el pasado verano el mismo día de la investidura de Salvador Illa a pesar de la orden de detención
Puigdemont, en su vuelta a Barcelona el pasado verano el mismo día de la investidura de Salvador Illa a pesar de la orden de detención

Junqueras insiste en mantener «las mejores relaciones posibles» con los independentistas, así como agentes políticos y económicos. Por el momento, la relación con Puigdemont es cordial, sin llegar a brindar por una celebración, pero con el objetivo claro de alcanzar la independencia, la meta más dura para ambas formaciones.

Por el momento, ninguna de las dos formaciones ha desvelado como sería la hoja de ruta conjunta para alcanzar el objetivo, pero está claro que ambos deberán llevar al límite las negociaciones tanto en Madrid como en la Plaza Sant Jaume con el PSOE y PSC, respectivamente.

PUIGDEMONT Y JUNQUERAS BUSCAN UNA SALIDA AL INDEPENDENTISMO

Junts ha insistido en la cuestión de confianza contra Pedro Sánchez, una medida que solo puede plantear el jefe del Ejecutivo y que el Congreso ha pospuesto por segunda vez. La presión de Puigdemont se mantiene así en niveles elevados para forzar por un lado la aplicación de la amnistía y la foto del líder del PSOE en Waterloo, una de las promesas selladas en el pacto de legislatura, aunque no se hizo por escrito. «Se arrancó ese compromiso y Pedro Sánchez debe acudir a Bélgica para ver a Puigdemont», afirman desde el lado independentista.

El Gobierno, por su parte, se niega en rotundo a hacerse dicha instantánea, como tampoco se plantea la posibilidad de poner en duda la mayoría progresista. No obstante, Puigdemont no esconde su malestar con Sánchez como tampoco su estrategia, que desgranará este viernes en forma de ultimátum.

«Este encuentro se enmarca en la necesaria e imprescindible relación entre dos partidos independentistas que, pese a las diferencias, tienen muchos objetivos compartidos», afirma el comunicado conjunto de ambas formaciones. De esta forma, se impulsarán espacios de trabajo para debatir sobre «cuestiones» que afectan al futuro nacional y al progreso social de Cataluña en todos los ámbitos, e iniciar una nueva etapa de relación que contribuya a recuperar la fuerza y la iniciativa del movimiento independentista».

LA INESTABILIDAD DE PACTAR CON INDEPENDENTISTAS

Puigdemont es el socio más desconfiado del PSOE y su capacidad de convicción no se pierde en las distancias cortas. De hecho, sostiene que a pesar del pacto de legislatura con Pedro Sánchez, los sucesivos incumplimientos han tensado tanto la cuerda que puede haber llegado al límite. Eso sí, descartan votar a favor de una hipotética moción de censura liderada por el PP, pero la situación muestra que nada ha cambiado en Cataluña y en España, más cuando el pacto con los independentistas solo genera inestabilidad.

Al contrario que Junts y Carles Puigdemont, ERC solo firmó un acuerdo de investidura, dejando la puerta abierta a negociar las leyes y propuestas del PSOE a cambio de un mayor autogobierno en Cataluña, con el fin de obtener la ruptura definitiva con España. Hubo también pacto con el PSC para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat y fue sometido a votación entre las bases a inicios del pasado mes de agosto. Desde ese momento, ERC fue tildado de «botifler» -grave insulto a un independentista y que se traduce del catalán como «traidor a la patria»-.