En mayo de 2014 cuando atravesaba la pasarela sobre el río Bernesga en León Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación, fue asesinada por Montserrat González y su hija Triana Martínez. Así lo consideró la Audiencia Provincial de León. Nunca manifestaron arrepentimiento. Triana siempre mantuvo su inocencia. Montserrat, su madre, y autora de los disparos que acabaron con a la vida de la política del Partido Popular aseguró al finalizar el juicio y oír su condena que no se arrepentía. “Si dijera lo contrario, mentiría”, remachó.
Ahora la postura de las condenadas ha cambiado. Han enviado sendas cartas al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Oviedo pidiendo perdón por el crimen. En sus escritos hablan de disculpas «sinceras, plenas y absolutas por el daño causado» y aseguran que su comportamiento «nunca jamás será doloroso» con respecto a la familia de la víctima.
Asegura el nuevo abogado de las leonesas, Fernando Pamos de la Hoz, que han llegado decidido pedir disculpas «tras una profunda y sosegada reflexión y un acto de contrición para ponerse del lado de quien fue ofendido y mostrar su gran pesar por lo que acaeció».
«La humildad, la conciencia por el daño causado y la creencia en la necesidad de dirimir los conflictos con el diálogo han arraigado en su ser más íntimo y ya conducen su vida»»», añade el letrado.
Aunque el arrepentimiento no es necesario en nuestra legislación penitenciaria para obtener o no beneficios es cierto que las Juntas de Tratamiento que determinan los mismo suelen considerar como algo positivo el arrepentimiento y reconocimiento del daño causado.
LA VIDA EN PRISIÓN DE LAS ASESINAS DE ISABEL CARRASCO
Lo cierto es que madre e hija llevan una década de reclusión. Montserrat fue condenada a 22 años de cárcel y su hija a 20 como “cooperadora necesaria”. En una entrevista durante su estancia en la cárcel de Mansilla (León), en la primera parada de su condena, Triana llegó a asegurar que se encontraba entre rejas “por la puta cara” y seguía clamando su inocencia. Desde entonces solo han salido en una ocasión de la cárcel y fue para asistir al entierro del Inspector de Policía Nacional Pablo Martínez, padre de Triana y marido de Montserrat, que falleció en noviembre de 2020 víctima del coronavirus.
Triana cumple tres cuartas partes de la condena en 2029 y su madre en 2031. Su estancia en prisión desde el principio fue complicada. De hecho, aseguraban en su día fuentes penitenciaras, la ascendencia de Montserrat sobre su hija no era bien vista. Han pasado por varias prisiones españolas. De la cárcel de León fueron a la de Villanubla (Valladolid) y, por último, en 2018, a Villabona (Asturias).
CAMBIOS EN LA DEFENSA
En 2021 la madre acumulaba 13 sanciones y Triana un total de 23. Sin embargo, en los últimos meses esto parece ser parte del pasado y su punto de vista con respecto al crimen que cometieron ha cambiado. Y eso coincide con otro cambio. De abogado. Hasta ahora los intereses de madre e hija eran defendidos por la letrada Anabel Prieto Torices.
“Decidí renunciar a continuar con su representación legal cuando me enteré de que estaban llamando a otro abogado a mis espaldas. La relación profesional entre un abogado y su cliente se basa en la confianza. En este caso concreto, tras haber trabajado durante mucho tiempo con ellas, ha habido una falta de confianza absoluta hacia mí y así no podía seguir”, ha asegurado al Eldiario.es.
El nuevo abogado de las asesinas de Isabel Carrasco, Fernando Pamos, con despacho en Madrid está acostumbrado a los asuntos con trascendencia mediática. Ha defendido entre otros a la exmiembro de ETA Idoia López Riaño que hoy está sujeta a la conocida como ‘vía Nanclares’ o Antonio Puerta, agresor del profesor Jesús Neira.
El futuro de las asesinas de la que fuera presidenta de la Diputación de León parece encaminarse hacia la esperanza de pasar a nuevo grado penitenciario. Mientras, las dudas que la serie Crimen en León, planteó con la existencia de un alto cargo de la Junta de Castilla y León que tenía conversaciones antes y después del crimen con Triana, persisten.
