El desfile de modas de Rocío Peralta en Sevilla albergó una sorpresa para todos, una nueva pareja. El rey (destronado) de Italia Enmanuele Filiberto de Saboya y la socialité Adriana Abascal. La mexicana lleva décadas siendo un personaje de ida y vuelta en la crónica social por su agitada vida sentimental. Tras ser la ‘viuda’ del poderoso empresario Emilio Azcárraga en México, se unió con Juan Villalonga en España y convirtiéndose en la protagonista tanto de la prensa del corazón como de la financiera y la política.
Acascal nació en Veracruz (México) en 1970 y con 18 años se coronó Miss México y participó en Miss Universo. A su vuelta al país azteca decidió encaminar sus pasos hacia el mundo de la interpretación y se presentó al casting de la telenovela Yesenía. Esa prueba cambió el rumbo de su existencia. Conoció al todopoderoso Emilio Azcárraga Milmo, amor de Televisa, y considerado el empresario de comunicación más importante de habla hispana. Él tenía 60 años y ella 20.
Azcárraga que había tenido una vida sentimental agitada con cuatro matrimonios y romance largo con la recientemente fallecida estrella mexicana Silvia Pinal, decidió unirse a la joven e iniciar el proceso de separación de su cuarta esposa, Paula Cussi.
DE AZCÁRRAGA A VILLALONGA
Adriana y Emilio estuvieron juntos siete años. En 1996 la todopoderosa pareja viajó a España. Con la llegada al poder del Partido Popular, el nuevo Secretario de Estado de Comunicación Miguel Ángel Rodríguez buscaba crear un conglomerado multimedia contra el Grupo Prisa. Luis María Ansón fue en el introductor en España del empresario azteca. En esa época entró en la vida de Abascal Juan Villalonga presidente de Telefónica.
Villalonga, íntimo amigo del entonces presidente José María Aznar, capitaneó la privatización de la telecom más importante del país y no sin polémica. La salud de Azcárraga comenzó a decaer en esa época y falleció víctima de un cáncer de páncreas el 16 de abril de 1997.
Villalonga fue su gran apoyo en esos momentos y le ayudó a capitanear los problemas de ser la ‘viuda’ de Azcárraga frente a los familiares de éste que no consideraban que tenía ningún derecho sobre la inmensa fortuna. Finalmente, Abascal llegó a un acuerdo con los hijos del empresario y llegó a quedarse con el gigantesco yate Eco (nombre los informativos de Televisa), además de acciones y propiedades. La gigantesca embarcación la vendió al empresario estadounidense Larry Ellison, propietario de Oracle, por 57 millones de euros.
En enero de 1998 su relación con Juan Villalonga saltó a los medios de comunicación a través, sobre todo, del diario El Mundo. El presidente de Telefónica estaba casado con Concha Tellada. El matrimonio era íntimo de José María Aznar y Ana Botella. Dicen que la infidelidad de Villalonga fue el punto de partida de su caída en el mundo político y financiero. Los estrictos Aznar y Botella no toleraron su cambio vital y ello coincidió con el escándalo de las stock options que afectaba a Telefónica y dejaba a Villalonga en mala situación.
VIDA LEJOS DE ESPAÑA
En un principio Adriana AbaScal intentó tener un papel en la alta sociedad y se encontró con la oposición de las socialités patrias. Isabel Preysler y Naty Abascal fueron sus mayores enemigas. Sobre todo, la filipina. Se llegó a decir que Preysler vetó su presencia en eventos y evitó algún contrato publicitario de la mexicana.
Así las cosas, Villalonga y Adriana empezaron a pasara a más tiempo en Miami que en Madrid, mientras su posición se debilitaba. La prensa llegó a acusar a Villalonga de sentar a Adriana en reuniones del Consejo de Administración de Telefónica. Además, nombró a Adriana Abascal como encargada de realizar un vídeo promocional que conmemorara los 75 años de existencia de Telefónica.
El escándalo fue mayúsculo y una cada vez más debilitado abandonó la presidencia de la empresa de telecomunicaciones en 2000. Un años más tarde, en junio de 2001, Adriana y Juan se casaban en Los Ángeles (California) comenzaron una nueva vida en Estados Unidos. Tras dar a luz a su primera hija Paulina, antes de casarse, Adriana presentó un programa sobre bebés para Telemundo, cadena televisiva estadounidense dedicada al mundo de habla hispana. También editó el libor Una mujer, cada mujer (2002) donde analizaba vidas de mujeres importantes como Diana de Gales o Eva Perón.
La familia se completó con el nacimiento de Diego y Jimena. Tras unos años viviendo en Londres, el matrimonio se rompió en 2009. Justo entonces él tuvo su breve experiencia como presidente del Valencia F.C.
ENAMORADA DE UN REY DESTRONADO
Adriana volvió a España y redobló su presencia pública. Firmó un contrato con Mediaset que no se materializó en ningún proyecto concreto como sí ocurrió cuando fichó como bloguera de ¡Hola!. En la revista también publicó sus memorias por capítulos.
En 2013 se casó en Ibiza con el empresario francés Emmanuel Schreder con el que estuvo hasta 2022. Desde su ruptura, Adriana Abascal había vuelto a un cierto mutismo mediático. Sin embargo, su confirmación como pareja de Filiberto de Saboya la vuelve a poner en el punto de mira de la prensa del corazón internacional.
Filiberto de Saboya es el pretendiente al torno italiano. Si en el país transalpino hubiese monarquía, él sería quien ciñese la corona. Su abuelo fue el último monarca de Italia Humberto II. Durante años los Saboya tuvieron prohibida la entrada en el país. Hoy no es así y todos tienen asumido que es casi imposible que el país vuelva a ser una monarquía. Tanto es así que Filiberto se dedica al mundo del show business y llegó a ganar la versión italiana de Mira quién baila en 2009. Desde 2003 está casado con la actriz francesa Clotilde Courau, Desde hace tiempo se rumoreaba en la prensa del corazón italiana sobre un distanciamiento de la pareja. Una realidad que ahora se confirma con el sorprendente romance de Adriana Abascal con él ‘monarca’ italiano.
