Lobato no se arruga frente a Óscar López: «Soy incompatible con Sánchez»

Juan Lobato no baja los brazos tras dimitir como secretario general de los socialistas madrileños después de conocerse que registró ante el notario sus conversaciones con el Gobierno central sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador.

El hoy diputado de la Asamblea de Madrid y senador se niega a descartar sus opciones futuras. A preguntas de MONCLOA.com, Lobato explica que no descarta volver a optar a liderar el PSOE-M en tiempos venideros.

«Es evidente que existe una incompatibilidad con el presidente Pedro Sánchez y no tiene sentido que lidere el espacio de los socialistas madrileños en estos momentos», señala tras coincidir ayer con MONCLOA en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Lobato deja en el aire la posibilidad de intentar recuperar el control del PSOE-M, hoy en manos del ministro Óscar López, lamenta la verticalidad con la que se rige el partido en el que milita -«es un modelo diferente al que a mí me gustaría», reconoce- y señala que se encuentra «bien» tras su dimisión.

LA TORMENTA MADRILEÑA

El exlíder del PSOE-M registró ante notario de los mensajes que intercambió con Pilar Sánchez Acera, asesora del ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, sobre los presuntos delitos fiscales de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Lobato, que explicó en Onda Cero que no se arrepiente de este hecho, renunció a finales de mes al liderazgo de la federación socialista madrileña y posteriormente a hacer frente a Óscar López en las primarias que el ministro venció sin rivales el mes pasado.

Su renuncia, afirmó el dimisionario, tenía la intención de «poner freno a una situación de enfrentamiento y división grave que se estaba generando en el partido, que solo iba a dañar al PSOE en Madrid y a los avances en la unidad que habíamos conseguido en estos tres años».

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Juan Lobato. Foto: Europa Press.

Lobato se había hecho con el control del PSOE-M en octubre de 2021 tras vencer al alcalde de Fuenlabrada Javier Ayala. «El partido ha sido tercera fuerza en mayo de 2021 y ya no podemos seguir así. Es ahora o nunca. O cambiamos el PSOE para liderar Madrid o perderemos, tal vez, una de nuestras últimas oportunidades», señaló el vencedor de las primarias y ex alcalde de un bastión conservador como Soto del Real.

Sin embargo, en las autonómicas de 2023 el PSOE volvió a ser tercera opción pese a la mejora en 2 puntos y 3 escaños. Sus partidarios alabaron su apuesta por cohesionar una federación tan dividida históricamente como la madrileña, y sus detractores le afearon sus guiños centristas a la economía liberal impuesta por el Gobierno regional, su intentona de crearse un perfil propio a costa de tomar distancia con algunas políticas de La Moncloa (lo cual generó una gran animadversión por parte de Santos Cerdán a su figura) o su cercanía hacia algunos medios antisanchistas. «Parece un tertuliano de Carlos Alsina», decían en Ferraz.

PROBLEMA CRÓNICO

Los problemas del socialismo en Madrid son crónicos, tal y como se evidencia en la biografía ‘Pablo Iglesias: la vida y la época del fundador del PSOE y UGT’ de Gustavo Vidal Manzanares y en en el ensayo felipista ‘Por el cambio’ de Ignacio Varela.

La primera obra citada recuerda que el fundador de la formación socialista obtenía acta de diputado por Bilbao por la escasa fuerza que tenían en la capital. Y la segunda, se subraya la falta de cuadros medios relevantes en la época de Felipe González.

Los problemas del PSOE en Madrid se han cronificado

Tras la caída del Régimen franquista, el PSOE se hizo con la alcaldía de la mano del emblemático y ambiguo Enrique Tierno Galván y con la Comunidad con Joaquín Leguina, que hoy ejerce de tertuliano antigubernamental en medios conservadores y se muestra comprensivo con las políticas liberales de Isabel Díaz Ayuso.

En 1989 el PSOE perdió la alcaldía tras una moción de censura que derrocó a Juan Barranco y en 1995 Leguina se quedó sin el control de la Comunidad.

30 AÑOS

En las 3 últimas décadas se han abierto 3 ventanas de oportunidad para la izquierda madrileña que, por una u otra situación, se desaprovecharon. En 2003 el ‘tamayazo’ impidió que Rafa Simancas se hiciese con la presidencia y este hecho posibilitó una repetición electoral que propició el nacimiento del liberalismo madrileño bajo el control del ‘aguirrismo’.

En 2015 la izquierda obtuvo una nueva mayoría electoral en votos a nivel regional, pero PP y Ciudadanos formaron mayoría ya que el 4,17% logrado por Luis García Montero al frente de Izquierda Unida no se tradujo en el escaño que le faltó al socialista Ángel Gabilondo para convertirse en presidente.

En esa misma cita las fuerzas progresistas sí que hicieron con la mayoría en el Ayuntamiento de Madrid. Manuela Carmena emprendió unas aplaudidas políticas regeneracionistas, pero su decisión de romper con la fuerza a la que le debía el cargo (Podemos, hostigado por los mismos medios por los que se dejaba querer la alcaldesa), acabaron por facilitar que en 2019 la derecha recuperase la vara de mando.