Este último mes del año está siendo muy movido dentro de la Guardia Civil y los ánimos de muchos de sus componentes están encendidos. Unos días intensos marcados por investigaciones cercanas al poder, como el caso de David Sánchez, hermano de Pedro Sánchez. Otras la reciente implicación de un Capitán de la Benemérita con el narcotráfico del puerto de Valencia. Y por supuesto las que más, relacionadas siempre con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, sobre el que recae la sospecha de desmantelar la Guardia Civil en Cataluña. Supuestamente por motivos políticos.
Esto último, vendría precedido por los acuerdos que el Ejecutivo central pactó en su día con los separatistas catalanes de ERC y Junts. Unos acuerdos, firmados para poder mantener al PSOE en el gobierno del país, que incluirían la cesión de las mayorías de las competencias a favor de la policía autonómica catalana, los Mossos d’Esquadra.
Unos acuerdos que a parte de la cesión de esas competencias a los Mossos d’Esquadra, buscan también causar efecto en el desánimo de los seguidores nacionalistas de la región. Bastante alicaídos y bajos de moral por los resultados electorales a la baja de las últimas tres consultas: nacionales, municipales y autonómicas y europeas. Y en el caso de Junts, con su líder, Carles Puigdemont, todavía en el exilio de Waterloo a pesar de la amnistía pactada con Pedro Sánchez. El tiempo corre en su contra y dejar Cataluña, a priori, sin uniformes verdes puede reforzar esa moral nacionalista tan dañada.
MÁS EFECTISTA QUE EFECTIVA
«La Guardia Civil no va a irse de Cataluña salvo de servicios por competencias y por los rollos políticos que se traen con los independentistas», remarca una fuente de la Benemérita en referencia a las cesiones que Marlaska piensa hacer debido a los acuerdos de su partido con el separatismo catalán. «Somos como una especie de FBI, para que la gente lo entienda, seguiremos llevando el peso en temas fuertes», confirma la misma fuente para MONCLOA.COM.
En ese mismo sentido, y sobre los temas que afectan al yihadismo terrorista hay que tener en cuenta que es difícil penetrar en las órdenes que el Instituto Armado tiene en referencia a la colaboración con los Mossos d’Esquadra. Todo por la vinculación del tema a la Ley de secretos oficiales, «nadie va hablar de un tema tan delicado por lo que eso supone», indica.
«Al final son fuentes que están clasificadas» y son de difícil acceso, explican desde la Benemérita. «Eso si, el desastre va a ser perder el control fiscal, eso va a ser un jaleo gordo y los temas de blanqueo y corrupción pueden ser influenciados por agentes externos a jueces y fuerzas policiales», explica escuetamente esa misma fuente.
También se duda de la perdida del control sobre temas de yihadismo y crimen organizado, «en esos temas seguiremos llevando la voz cantante junto a la Policía nacional». «La perdida de competencias de la Guardia Civil va encaminada a que no se trabaje de uniforme en los servicios de seguridad que se siguen haciendo en el puerto o en el aeropuerto, el objetivo es que no se vea el verde para ser claros», comenta son seguridad.
Y es que la verdad, la Guardia Civil en Cataluña tiene un dispositivo bastante «gordo» y esta misma fuente asegura que no se va a perder esa competencia y situación. «Todo se hará de paisano y en coordinación con los Mossos d’Esquadra», asegura. En este mismo tema, también relata que la coordinación entre cuerpos es muy buena y que se trabaja muy bien con la policía autonómica catalana.
«Nos apoyamos bastante y en estos temas vamos de la mano y trabajamos muy bien conjuntamente, los problemas vienen de arriba, de la parte política y dependiendo siempre del conseller del departamento de interior de la Generalitat de turno. En esos puestos es donde empiezan los problemas y la posible descoordinación»
«Nos apoyamos bastante y en estos temas vamos de la mano y trabajamos muy bien conjuntamente, los problemas vienen de arriba, de la parte política y dependiendo siempre del conseller del departamento de interior de la Generalitat de turno. En esos puestos es donde empiezan los problemas y la posible descoordinación», afirma la fuente policial.
DESCOORDINACIÓN ANTE EL PELIGRO YIHADISTA EN CATALUÑA
Pero el gran problema de esa posible descoordinación tiene un nombre propio. No es otro que el terrorismo yihadista. Desde el Instituto Armado avisan que estas injerencias políticas políticas pueden suponer «una distorsión» en el intercambio de información sensible entre ambas fuerzas de seguridad del estado.
Y claro esta, en el horizonte planea lo que paso en 2017 con los atentados de las Ramblas en Barcelona y Cambrils. Un atentado que costó la vida a 16 personas y los mossos abatieron a 8 terroristas.
En este sentido, fuentes cercanas a la lucha antiterrorista de la Guardia Civil recuerdan que no pudieron investigar la explosión de una bombona en la casa del el imán de Ripoll, cabecilla de esos atentados. Desde el departamento de Interior de la Generalitat se señaló que simplemente había sido un accidente y los mossos no pudieron consultar a la sección de Información de la Benemérita, que tenía bastante controlado y conocía la ideología yihadista de dicho imán musulmán. Un error fatal que costó 16 vidas.
Por este motivo, la citada fuente remarca la importancia que la Guardia Civil lidere este tipo de investigación, especialmente por la cantidad de conocimientos e información que ellos tienen sobre la actividad yihadista en la región. «Nosotros jugamos en otra liga, tenemos el triple de información que los mossos y la cooperación es necesaria para la seguridad general y no pase de lo de 2017», confirma la fuente remarcado la necesidad de que la política quede fuera del trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, incluyendo los mossos.